La materia oscura representa alrededor del 85 % de toda la materia del universo, pero sigue siendo uno de los mayores misterios de la física moderna. No brilla, no absorbe luz y no interactúa con la materia ordinaria más allá de la gravedad. Durante décadas, el modelo más aceptado ha sido el de la materia oscura fría (CDM, por sus siglas en inglés): un mar invisible de partículas pesadas, lentas y sin interacción. Esta teoría funciona bien al explicar la formación de estructuras a gran escala como cúmulos de galaxias, pero tropieza al intentar describir los detalles más finos, como la distribución de materia en el centro de las galaxias.
Las observaciones apuntan a que el centro de muchas galaxias es más suave de lo que predice el modelo CDM, el cual sugiere la presencia de un «pico» de densidad. Para resolver esta discrepancia, investigadores están explorando modelos alternativos, y uno de los más interesantes propone que la materia oscura se comporta como un superfluido cuántico. Continúa leyendo «¿Y si la materia oscura fuera un superfluido cósmico? La sorprendente hipótesis que cambia cómo entendemos las galaxias»

