De acuerdo a las normativas de propiedad intelectual que aplican para cada territorio y situación, las obras de un autor pasan al dominio público tras cumplirse un determinado tiempo desde su fallecimiento.
En el caso de Estados Unidos, la ley protege la propiedad intelectual de una obra por varias décadas tras el deceso de su autor, variando la duración de estos tiempos según cada caso. Acabado ese período, su catálogo de títulos pasa al dominio público.
Hace algunos días se produjo un anuncio por parte de la Biblioteca Nacional de España (BNE) en el cual expresaron su intención de poner a disposición todo el contenido completo correspondiente a las publicaciones de dominio público de la Hemeroteca Digital, para ser descargado en formato abierto libre y reutilizable, todo esto de manera gratuita. Continúa leyendo «La hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España, ahora gratis online»
El Museo Metropolitano de Arte liberó más de 375 mil imágenes de arte como dominio público, permitiendo que cualquier persona pueda acceder a ellas y utilizarlas libremente sin ningún tipo de restricción, tal como permite esta licencia. Estas forman parte de su colección, que si bien antes estaban a disposición del público, ahora esta nueva iniciativa abre un mundo de posibilidades, tanto para aquellos que buscan este tipo de contenido como herramienta educativa, o para enriquecer la presentación de proyectos personales.
La Biblioteca Pública de Nueva York cuenta con una de mayores colecciones de artículos digitalizados… más de 600 mil imágenes de manuscritos, fotografías, mapas, videos y otros contenidos. Excelentes colecciones que están disponibles para todo el mundo y nos permiten recorrer diferentes facetas de la historia.
Siguiendo con este objetivo, comparten una nueva iniciativa que ponen a disposición más de 180 mil imágenes de artículos digitalizados en dominio público y que podremos descargar en alta resolución.
Aunque suene increíble, la popular canción «Happy Birthday» se consideraba propiedad de la compañía discográfica Warner/Chappell, filial de Warner Music Group, y quienes le daban uso en películas y otras obras públicas debían pagar regalías por el permiso de aprovecharla. Se estima que 2 millones de dólares era lo ingresado anualmente por tal ítem.
Pues bien, solo hasta ahora, un jurado de California, atendiendo y respondiendo a una demanda presentada por un grupo de artistas desde 2013, ha decidido que dicha canción es de dominio público y que cualquiera puede darle uso sin pagar un solo centavo a Warner/Chappell.
Esta última alegó en los tribunales que le pertenecía pues la había adquirido de Summy Co. quien a su vez la obtuvo de sus autores originales, las hermanas Mildred y Patty Hill, pero el tribunal afirmó que los defendidos, Warner/Chappell, no podían comprobar que en primera instancia Summy Co. hubiese conseguido tales derechos. Luego, por transitividad, Warner/Chappell queda sin derecho alguno sobre la canción.
En fin, la historia completa la señalan en el blog especializado TorrentFreak donde comparten además una copia en PDF del caso completo, copia brindada por la Corte de California. Claro, puede que haya alguna apelación por parte de Warner/Chappell, pero mientras no suceda, «Happy Birthday» queda en manos del público.
Más de 95.000 obras, 320.000 partituras y 35000 grabaciones de igualmente más de 12500 compositores y 300 artistas son las exorbitantes sumas que recopila la “Biblioteca musical Ottaviano Petrucci”, un infaltable recurso para los amantes de la música clásica, novatos y profesionales, que deseen aprender mucho más sobre tan valioso género: desde leer sobre la vida de sus más grandes exponentes hasta conocer y escuchar su completo legado artístico.
Si eres usuario de Google Drive y le has dado uso a las carpetas públicas de tal servicio de almacenamiento online, debes saber que todo lo que guardes en ella es literalmente «público» de forma predeterminada, esto es, que no solo estará a disposición de cualquiera que consiga su enlace sino que todos los contenidos guardados allí pueden ser indexados por Google automáticamente y presentados a cualquiera sin mayor esfuerzo.
Es una iniciativa de tres fotógrafos de Países Bajos que comparten parte de su trabajo, para que cualquier usuario pueda tener la posibilidad de acceder a fotografías HD y utilizarlas según su criterio.
Para facilitarnos la búsqueda de las imágenes que son más apropiadas para nuestro trabajo han creado diferentes categorías. Encontraremos fotografías de animales, paisajes, tecnología, entre otras temáticas.
Y si lo que estamos buscando es inspiración para enriquecer nuestras propias fotografías, podemos dar un vistazo a las categorías de imágenes con diferentes tomas y efectos.
Un detalle que puede resultar molesto es que, no ofrecen datos de la fotografía y solo podremos verlos una vez que la hemos descargado a nuestro ordenador. Aún así, vale la pena dedicar tiempo a recorrer las diferentes colecciones.
Según lo comentan en el sitio web, se sube una nueva fotografía cada día, aunque ya disponemos de más de 400 imágenes que ya podemos recorrer. Un abanico de posibilidades para utilizar en nuestros trabajos o compartir como herramienta educativa.
En publicdomainreview.org han divulgado la lista de autores que entran en dominio público en 2015, estando Kandinsky y Antoine de Saint-Exupéry entre ellos (en Europa). Este último, autor del famoso libro «El principito», ha entrado con bastante polémica, ya que desde 2014 han tenido que aclararse varios puntos para evitar que miles de empresas empiecen a usar «mal» ese nuevo «dominio público».
El hecho de que los libros entren en dominio público significa que podemos imprimirlos sin pagar nada a nadie, pero no significa que podamos usar sus personajes para hacer calendarios, pegatinas, tazas o cualquier otro material que use la imagen de las historias o personajes. Ya en marzo de 2014 se habló sobre ese tema:
[…] cualquiera podrá imprimir y publicar el libro, pero el uso de su título o de cualquiera de las ilustraciones independientes seguirá violando las leyes de derechos de autor. Cada uno de los personajes del libro, entre ellos el Príncipe, el zorro, la rosa y el planeta Baobob, están protegidos por marcas separadas.
Es diferente con el caso de Kandinsky, ya que también se han liberado sus manuales teóricos sobre la materia.
Edvard Munch también es uno de los autores que entran en este universo del Public domain, autor del famoso cuadro «El grito». Aunque el hecho de que estuviera protegido por derechos autorales durante todo este tiempo no ha impedido que dicho cuadro se utilizara en mil y un montajes y memes dentro y fuera de Internet.