Investigadores de la Universidad de Wollogong aprovecharon el potencial de la impresión 3D para desarrollar una mano robótica más realista y con nuevas funciones que facilitarán la interacción a los pacientes.
Una serie de características distinguen a esta mano robótica, no solo puede ser controlada por el cerebro, sino que además puede realizar movimientos complejos y tiene una apariencia “más humana”.
Gracias a la construcción de un sistema de prótesis mioeléctrica puede ser controlado por las señales del cerebro y permitir que los pacientes puedan utilizarla como si fuera un miembro más de su cuerpo y realizar movimientos con más naturalidad.