La inteligencia artificial generativa, parece ser una fuente inagotable de trucos, a juzgar por lo que ejemplos como ChatGPT nos permiten hacer.
Técnicamente, herramientas de este tipo son capaces producir una muy amplia variedad de contenidos, pasando desde recetas y planes de vacaciones hasta códigos informáticos y moléculas para nuevos medicamentos. Frente a esto, ha comenzado a instalarse la siguiente interrogante: ¿puede la IA inventar?