Durante esta semana mucho se ha oído hablar de la historia de un hombre que, usando el comando rm en un servidor linux, con variables que impedían mostrar el típico «ojo, que lo vas a borrar todo», acabó eliminando sin querer todos los archivos y backups de los servidores de la empresa, empresa de hosting que vio como sus cientos de clientes se quedaron sin sitio web y sin posibilidad de recuperarlos.
La historia salió a la luz a principios de esta semana, y hoy se acaba de descubrir que, como muchos sospechábamos, no era más que una gran mentira, un gran hoax de un troll de primera categoría.
Las redes sociales son excelentes para compartir buen contenido, igual de buenas que para divulgar noticias falsas, aquellas que los usuarios adoran enviar a sus contactos. Es normal ver como cada día hay noticias falsas circulando por las redes (principalmente por Facebook), y muchas de ellas llegan a tener tanta visibilidad que acaban convenciendo a millones de personas, lectores que nunca se molestaron en comprobar la fuente de la noticia y que, seguramente, nunca descubrirán que lo que compartieron era una mentira bien elaborada.
En 2014 era normal ver a la mujer de tres pechos rondando por nuestros muros, o la supuesta declaración del Papa en la que afirmaba que los perros también van al cielo, o el niño que viajaba solo por el desierto, o que Sergio Ramos se sacó la ESO con 27 años.. .noticias que en algunos casos llegaron a medios supuestamente serios, medios que, una vez más, dejaron de confirmar la fuente y se creyeron lo que millones de personas decían en las redes.
En Twitter, como en la vida real, hay personas con buenas intenciones, pero también las hay con malas intenciones que ponen sus trampas para que al más mínimo despiste, caigamos el resto de usuarios y salgamos perjudicados. Precisamente los usuarios de Twitter tenemos que tener cuidado si nos llega un mensaje que nos indica que alguien ha hablado mal de nosotros, mensaje que irá acompañado con una URL acortada.
Ya podemos intuir lo que nos puede pasar, y es que si hacemos caso y nos dejamos llevar por dicho enlace, sin tener en cuenta las direcciones a las que nos dirigimos, nos llevará a una página falsa de Twitter que nos dirá que nuestra sesión ha terminado y que tenemos que identificarnos de nuevo, lo cual hará que entreguemos nuestros datos de acceso a los listillos de la trampa.
Es por eso por lo que debemos extremar las precauciones, sobre todo, con los enlaces, ya nos lleguen por correo electrónico, por mensajes privados o por otras vías, para así evitar caer en las trampas y que nos roben nuestros perfiles. Y por cierto, Twitter no llega a cerrar sesiones, algo que si suele ser típico en servicios como los webmails ante un periodo de tiempo de inactividad.