Plataformas de comunicación y redes sociales extranjeras, como Instagram, Twitter y Telegram, son servicios prohibidos en China. Al encontrarse al margen de la censura del país asiático, sus ciudadanos están utilizando estos servicios para comunicarse y organizar protestas contra las estrictas medidas sanitarias recientemente establecidas.
Por esta razón, la policía en China está revisando los teléfonos de las personas que circulan por la vía pública, en busca de estas aplicaciones extranjeras.