No son pocos los que salen a comprar un dron solo para hacer fechorías, por ejemplo, para volarlo en espacios privados sin autorización y en escenarios concurridos donde pueden ser un peligro para los transeúntes, o simplemente para saltarse las recientes regulaciones que cada región adopta para tales artefactos.
Pues bien, el Departamento de Policía de Tokio trabaja en una interesante solución: Un escuadrón antidrones compuesto también por drones. Estos últimos, de gran tamaño y nivel profesional, llevan colgando una red para capturar a sus pares delincuentes si es que los humanos que los manejan no atienden al aviso de aterrizarlos de inmediato. La idea es que el escuadrón patrulle en aquellas zonas en las que es prohibido volar drones.