Son muchos los científicos que ven en los satélites y telescopios un recurso que pueden aprovechar para realizar investigaciones que se extienden más allá de los confines de nuestro planeta, siempre con el fin de encontrar respuestas a temas como el cambio sufrido por los océanos consecuencia del calentamiento global o los agujeros negros que se encuentran ocultos en galaxias lejanas.
Sin embargo, hacer todo esto requiere la construcción de satélites y telescopios potentes, lo cual implica una inmensa inversión de dinero que solo puede ser cubierta por los gobiernos, agencias espaciales nacionales o personas con un vasto poder adquisitivo.