Kuratas, un enorme robot que se pilota desde el interior disponible por cerca de un millón de euros en Amazon Japón

Hoy os hablamos de Kuratas, un robot de 5 toneladas de peso y cerca de 4 metros de altura especí­ficamente desarrollado para ser pilotado desde su interior. Este robot, cuya empresa responsable de su diseño presentó hace varios años, vuelve a ser noticia dado que desde ahora puede ser adquirido en Amazon Japón.

A pesar de que pueda sonar a pelí­cula de ciencia ficción, se trata de algo totalmente verí­dico. El precio del robot es de 120.000.000 yenes, o lo que es lo mismo, cerca de 900.000 euros al cambio. Tal y como podéis ver en el ví­deo que os mostramos más adelante, Kuratas es un enorme robot completamente funcional. En su interior dispone de un habitáculo en el que el usuario deberá colocarse para controlarlo, dentro del cual veremos una pantalla con la que estar al tanto del camino que seguimos con el robot. Y si por alguna circunstancia no podemos conducir el Kuratas, es posible controlarlo desde el exterior gracias a una aplicación para smartphones que funciona a través de Internet. A pesar de su agresivo aspecto, los responsables del proyecto lo califican como una obra de arte, afirmando que no puede causar daños a terceros. De hecho, a modo de armas dispone de un lanzador de botellas de agua y otro de pequeñas bolas de plástico que se disparan al detectar la sonrisa del piloto.

A continuación os dejamos con el ví­deo que los responsables del proyecto mostraron en el momento de la presentación de Kuratas:

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BeachBot, un robot autónomo de Disney que dibuja figuras en la arena

disney dibujos arena

El departamento de investigación de Disney y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) han trabajado en un curioso robot autónomo, con apariencia de tortuga, que logra plasmar en la arena todo tipo de figuras, en particular, algunos de los más famosos personajes de Disney. Su nombre es BeachBot y como lápiz utiliza un rastrillo cuyos dientes son controlados de forma independiente y automática hasta para definir el grosor de cada trazo.

El robot incluye un manejo manual pero el más interesante es el predeterminado, el que ejecuta figuras especí­ficas a partir de un modelo previamente señalado. Lo único que hace falta para ponerlo en funcionamiento será definir los lí­mites del gráfico clavando estacas en las arena a modo de marco, con esto, el robot entenderá qué escala del dibujo deberá ejecutar y se pondrá de inmediato a trabajar en él. Las lí­neas a trazar no necesariamente deben ser continuas pues para ello se le han puesto unas “ruedas de balón” a BeachBot que evitarán que su propio recorrido afecte las creaciones.

En fin, una imagen -o miles de ellas, es un video- vale más que mil palabras:

Claro, ¿y para qué servirí­a un bicho con esta tecnologí­a? Disney, como comentan en TC, podrí­a hasta pensarlo para darle uso en sus propias playas, se puede imaginar lo que sorprenderí­a a más de uno de sus visitantes el ver a sus personajes favoritos impresos en la arena. Ahora que si pasa una ola y los borra, bastarí­a poner a trabajar de nuevo a BeachBot para que los rehiciera.

Sin embargo, a pesar de que no se habla de su comercialización y luce como algo meramente artí­stico y cientí­fico -interesante serí­a revisar su funcionamiento lógico-, sus usos podrí­an multiplicarse, y no solo en la arena: Redibujar las lí­neas de una cancha de fútbol -o marcar canchas improvisadas-, promover un nuevo estilo de anuncios publicitarios en las que BeachBot dibuja texto y logos, decorar jardí­nes, crear figuras en cultivos, limpiar, regar, llevar la cerveza de un lugar a otro (?), etc.

Los robots también podrán aprender a cocinar viendo videos de YouTube

walle disney pixar

Si uno que se le quema hasta el agua puede llegar a aprender a cocinar como Ratatouille viendo videos de YouTube, ¿qué podrí­a impedir que un organismo automatizado y con el suficiente poder computacional pudiera aprender también? Pues bien, investigadores de la Universidad de Maryland y el centro de investigación NICTA ya lo están empezando a conseguir, generar un método para enseñar a cocinar a los robots apenas mostrándoles comunes videos de recetas de cocina.

Para lograrlo se han valido del aprendizaje profundo o deep learning, en esencia, un trabajo algorí­tmico que trata de abstraer lo suficiente de una imagen o de cualquier otro conjunto de datos para dar con conclusiones tan relevantes como el saber a quién pertenece un rostro presentado (reconocimiento de caras como el de Facebook) o a qué tarea responde el levantar una taza de salsa para arrojarla a una mezcla que luego es llevada al fuego.

Comentan en VentureBeat que han sido utilizados para poner a prueba los modelos generados 88 videos de cocina creados por terceros, lo que destaca qué tan brillante puede resultar en futuros espacios tal facilidad de enseñanza robótica a partir de videos comunes y corrientes. A partir de ellos, se especificaron los suficientes comandos para que los robots empezaran a aprenderlos por sí­ mismos para luego tener la capacidad de ejecutarlos con cada nueva presentación visual.

Para más información sobre el trabajo de los investigadores y lo que han conseguido, lo mejor es dirigirse al paper (en PDF, 7 páginas nada más) o visitar el portal de la Universidad de Búfalo donde se comparten los detalles acerca de la extracción de los datos desde los videos de YouTube. [Imagen: Disney.es/Wall-e]

Amazon muestra cómo se desenvuelven sus robots en un dí­a de máximo trabajo

Durante el pasado año 2012, Amazon adquirió por 775 millones de dólares la empresa Kiva Systems, encargada de la fabricación de robots. Desde entonces, no se tení­an muchos detalles acerca de cómo estaban emplean en Amazon estos robots, pero ahora podemos saber cómo se desenvuelven durante un dí­a de máximo rendimiento: el conocido como Cyber Monday.

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Andy Rubin, cofundador de Android, se retira de Google para mantener su incubadora de startups

Andy Rubin AndroidEl más popular de los cofundadores de Android, Andy Rubin, quien desde 2003 se hizo famoso por liderar el proyecto de dicho sistema operativo móvil ahora el más popular de la tierra, abandona Google definitivamente para dedicar esfuerzos y recursos a su nueva incubadora de startups relacionadas al mundo del hardware.

En diciembre del 2013 The New York Times compartí­a un reportaje sobre el nuevo rol de Rubin encabezando adquisiones -empezando por la compra de Boston Dynamics– y promoviendo proyectos de Robótica financiados por Google. Pues bien, finalmente ha decidido hacerse a un lado para ponerse a impulsar las ideas de los demás soñadores que al igual que él trabajan en imprimir el futuro para que nos sea útil desde ya.

El anuncio es publicado en un artí­culo de The Wall Street Journal y confirmado por Larry Page, CEO de Google, para TC:

Quiero desearle a Andy lo mejor en lo que a él viene. Con Android logró algo realmente notable, en particular, más de mil millones de usuarios felices. Gracias.

Su lugar será ocupado por James Kuffner, cientí­fico de investigación en la compañí­a y profesor en Carnegie Mellon University, como destacan en The Verge. Mencionan también que su salida no resulta tan sorpresiva pues ya hace un tiempo se habí­a retirado del grupo de trabajo responsable de Android para ceder espacio a Sundar Pichai el ahora mandamás en Google tanto en Android como en Chrome y otros importantes servicios como Google Maps y Google+.

Por cierto, Andy Rubin desempeñaba importantes labores en Google desde que el proyecto Android fue adquirido por la «gran G» en 2005; Su intento de trabajar en otros espacios empresariales se habí­a materializado con Danger, fabricante de dispositivos, pero debió desistir cuando la startup fue adquirida por Microsoft.

Imagen: Foto editada de Andy Rubin en Google+

Nuevos robots voladores llegan desde CATEC y la Universidad de Sevilla

Los robots voladores siguen siendo noticia en el mundo de la tecnologí­a. Ahora nos presentan el proyecto ARCAS (Aerial Robotics Cooperative Assembly System) que, liderado por el Centro Avanzado de Tecnologí­as Aeroespaciales (CATEC) y la Universidad de Sevilla, tiene a robots voladores como protagonistas, máquinas creadas para que puedan llegar a lugares demasiado peligrosos para los humanos, capaces de realizar tareas de diferentes tipos de forma independiente (rescate, construcción, inspección, mantenimiento, etc.).

Ya se han probado diez prototipos en espacios controlados, robot que pueden agarrar, transportar y depositar piezas de manera segura e independiente, tal y como comentó Aní­bal Ollero, coordinador del proyecto, profesor de la Universidad de Sevilla y asesor cientí­fico de CATEC.

Dentro de la categorí­a de «robots voladores», ARCAS apuesta por el uso de brazos para poder realizar acciones diferentes a las que nos tienen acostumbrados este tipo de dispositivos. Nos comentan en la nota:

Solo hay que programarlos con información sobre su misión y mapas tridimensionales para orientarlos, cuentan con sensores para adaptarse a los fallos (como la caí­da de una pieza) o a cambios en las circunstancias (como cambios meteorológicos) e incluso se les enseña a aterrizar con seguridad en caso de emergencia o a volver a la base de forma automática si pierden contacto con la misma.

Según informan, aún es necesario mejorar su precisión y capacidad de repetición en distintas condiciones, pero todo indica que podrán ser usados así­ como las leyes nacionales en materia de seguridad lo permitan.

En su primera fase se encargarán de realizar labores de inspección y mantenimiento en oleoductos y gaseoductos y en redes de electricidad que abarcan miles de kilómetros, aunque ya se están pensado aplicaciones a largo plazo, como desmantelar satélites, reparar estaciones espaciales e incluso eliminar basura espacial. El proyecto empezó en 2011 y solo terminará en noviembre de 2015.

El proyecto ARCAS (arcas-project.eu) tiene socios en España, Alemania, Italia, Francia y Suiza y cuenta con una financiación por valor de 6,15 millones de euros a través del Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea.

Aquí­ tenéis un ví­deo mostrando su funcionamiento:
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Robo Brain, el «Google» donde los robots aprenden cualquier cosa

En robobrain.me tenemos la web de presentación de un gran proyecto para el mundo de la robótica, anunciado hace pocas horas en phys.org.

Se trata de una base de conocimientos a la que los robots de todo el mundo podrí­an conectarse para obtener información. Un «cerebro» robótico donde todos podrí­an aportar conocimiento y obtener lo que necesitan, una «nave nodriza» que permitirí­a que los robots no almacenasen los conocimientos localmente y sí­ tuvieran la información disponible en la nube en cualquier momento.

Sobre su tamaño, comentan en la publicación:

[…] un sistema computacional a gran escala que aprende de los recursos de Internet a disposición del público – se están descargando y procesando cerca de mil millones de imágenes, 120.000 ví­deos de youtube y 100 millones de documentos con manuales de todo tipo. La información se está traduciendo y almacenando en un formato que los robots podrí­an entender.

El objetivo final es que los robots entiendan cómo funciona el mundo y cómo los seres humanos a su alrededor se comportan. Desde temas tan sencillos como cómo guardar los platos o cómo poner una bebida en un vaso a temas más complejos y especí­ficos (como formas de interrumpir una conversación, por ejemplo).

El sistema procesarí­a las imágenes para seleccionar los objetos allí­ existentes y, mediante la conexión de imágenes y videos con texto, aprenderá a reconocer los objetos y cómo se utilizan, junto con el lenguaje y el comportamiento humano.

¿Será una buena idea dejar que los robots tengan su propia «Internet»?, mientras su contenido esté controlado por personas sensatas, no veo ningún problema…

Kilobots: enjambres de robots capaces de formar todo tipo de figuras

 

Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard lleva años trabajando en un robot de bajo coste al que se conoce con el nombre de Kilobot. La idea es crear un enorme enjambre de Kilobots con el objetivo de que todos los miembros sean capaces de trabajar en equipo y formar todo tipo de figuras, motivo por el cual han fabricado 1024 unidades de Kilobots para comprobar cómo se comportan en grupo.

Para ello, se han basado en el comportamiento de muchas especies animales presentes en la naturaleza (como los pájaros o los peces) que son capaces de agruparse formando diferentes figuras a la vez que se desplazan, todo ello de una forma completamente fluida. Para lograrlo, los robots son capaces de seguir el movimiento de los demás miembros del grupo gracias a la tecnologí­a infrarroja y un sistema de vibración que les permite desplazarse sobre sus patas. Haciendo uso de los transmisores y receptores de la señal infrarroja, son capaces de seguir una jerarquí­a y desplazarse formando todo tipo de figuras. En primer lugar, un pequeño grupo de robots inicia el desplazamiento y, tras enviar las señales infrarrojas, los demás son capaces de seguirles y ubicarse justo a su lado. Pero quizá lo más curioso de los Kilobots no es que sean capaces de seguir a los demás, sino que en caso de averí­a pueden avisar al resto de que no funcionan correctamente. De este modo, los que están operativos lo tendrán en cuenta a la hora de desplazarse para poder continuar su trabajo sin problemas. Además, también destaca su precio, ya que cada unidad tiene un coste de catorce dólares.

Os dejamos con un ví­deo en el que se muestra cómo funcionan:

Desarrollan bloques similares a los Lego que podrí­an cambiar por completo la robótica

Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha desarrollado un sistema de bloques de plástico similar a las tí­picas piezas de Lego tan populares entre los más jóvenes -y no tan jóvenes-, aunque con unas caracterí­sticas de lo más curiosas.

A pesar de su similitud con las piezas de Lego, estos bloques de plástico -a los que se conoce como Click-e-Bricks- son un tanto diferentes a los de la compañí­a de juguetes danesa. Al contrario que estos últimos, los Click-e-Bricks son elásticos, flexibles, plegables e incluso tienen la capacidad de inflarse para posteriormente recuperara su forma original sin ningún tipo de problema. Estos bloques de plástico están fabricados haciendo uso de un molde y una impresora 3D y, gracias a su maleabilidad, pueden ser moldeados en todo tipo de formas diferentes, por lo que en el ví­deo podemos ver bloques incluso con forma cilí­ndrica. Además, los investigadores responsables del proyecto han ido más allá poniendo otros materiales en juego, gracias a los cuales han aumentado la utilidad de estas piezas consiguiendo que pueda fluir cualquier lí­quido por el interior de los bloques, cuya dirección podrí­a ser modificada intercambiando diferentes piezas. Las posibilidades de los Click-e-Bricks son muy amplias, ya que, en un futuro, podrí­an servir para mejorar la ‘soft robotics’ o robótica blanda, un nuevo campo de la robótica que pretende desarrollar estructuras perfectamente flexibles. Gracias a estas piezas, los soft-robots podrí­an ser capaces de cambiarse piezas de forma autónoma en caso de necesidad. Por el momento, su uso está limitado al ámbito de la investigación y el desarrollo.

Os dejamos con el ví­deo:

Desarrollan un robot capaz de buscar alternativas para desplazarse en caso de averí­a

El mundo de la robótica no deja de evolucionar continuamente, y no cabe duda de que cada vez se están desarrollando robots más útiles capaces de desenvolverse en una gran cantidad de situaciones diferentes. A pesar de ello, hoy por hoy, si un robot sufre algún tipo de daño, este queda irremediablemente inoperativo. Por este motivo, lo ideal serí­a que los robots fueran capaces de adaptarse a los problemas que surjan sin dejar de funcionar.

Esto es exactamente lo que ha logrado un grupo de tres investigadores. Gracias a un complejo algoritmo, han conseguido que un robot de seis patas con tres puntos de articulación distintos en cada una sea capaz de adaptarse a toda clase de circunstancias y aprender a andar en caso de que una de sus patas haya resultado dañada. Con el objetivo de encontrar la forma ideal de caminar, el robot harí­a uso de este algoritmo, que le permitirí­a elegir la mejor forma de caminar. Este algoritmo es una revisión de otro anterior, aunque ha sido mejorado enormemente, ya que el original también permití­a que los robots se adaptasen a este tipo de situaciones, pero para ello necesitaban hasta veinte minutos. Ahora, se ha conseguido reducir el tiempo hasta los dos minutos. El sistema funciona gracias a un software que simula al robot y calcula sus posibles formas de caminar (13.000 posibilidades distintas), encargándose de escoger la más adecuada en cada tipo de situación. Una vez que el robot ha sufrido algún daño, este hace uso de esta base de datos con el objetivo de averiguar cuál serí­a la mejor forma de caminar. Para ello, compara su problema con la información existente en la base de datos y escoge la forma más adecuada de moverse. A lo largo de todo el proceso está al tanto de su posición en la estancia y de la velocidad a la que se desplaza, por lo que si el modo de caminar escogido no le permite desplazarse en linea recta y moverse a una velocidad razonablemente rápida, continua probando otras posibilidades.

Os dejamos con el ví­deo, donde podemos ver cómo el robot escoge la forma ideal de caminar con una pata rota en un tiempo record.