Un equipo de investigadores en nanoingeniería de la Universidad de Lund, Suecia, logró un significativo avance en la construcción de nanocables fotovoltaicos, una alternativa a las celdas fotovoltaicas tradicionales, haciendo uso de tres materiales diferentes que se adaptan mejor al espectro solar en comparación con las células solares de silicio actuales.
Estos nanocables son livianos y requieren poco material por unidad de área, por lo que recientemente fueron puestos a prueba en un satélite.