OpenAI ha anunciado un movimiento que marca un antes y un después en el uso de su modelo de lenguaje: permitirá contenido erótico en ChatGPT para usuarios verificados como adultos a partir de diciembre de 2025. Esta decisión, confirmada por el propio Sam Altman durante el evento DevDay 2025, se basa en una nueva filosofía de «tratar a los adultos como adultos», y llega acompañada de un sistema más robusto de verificación de edad y controles parentales.
Hasta ahora, OpenAI mantenía restricciones bastante estrictas en cuanto al contenido calificado como NSFW (not safe for work), bloqueando o redirigiendo conversaciones que se acercaran al terreno del erotismo, incluso si eran realizadas en contextos artísticos, terapéuticos o literarios. A pesar de ello, no era raro que algunos usuarios encontraran formas de eludir las limitaciones mediante «ingeniería de prompt». La diferencia ahora es que OpenAI lo permitirá de forma explícita y oficial, siempre que se cumpla con los requisitos de edad.
Verificación de edad y controles parentales como pilares
El cambio no es arbitrario. Desde septiembre, OpenAI ha estado implementando sistemas de detección automática de edad y controles parentales que permitirán identificar a los usuarios menores y limitar sus interacciones con ciertos contenidos. Estos mecanismos son clave para que la nueva apertura hacia usos adultos no implique riesgos para los más jóvenes.
Esta segmentación por edad no sólo permitirá contenido erótico, sino también experiencias «maduras» dentro del ecosistema de aplicaciones conectadas a ChatGPT. Es decir, los desarrolladores podrán crear apps con contenido para mayores de 18 años, lo que podría abrir un abanico de posibilidades que va desde la educación sexual hasta la literatura erótica interactiva, o incluso simulaciones conversacionales con fines terapéuticos o emocionales.
Un paso en medio de debates sobre salud mental
Este giro ocurre en un contexto complejo. En meses recientes, ChatGPT ha sido centro de controversias por su influencia en la salud mental de algunos usuarios, incluyendo el trágico caso de Adam Raine, un adolescente de 16 años que, según informes, habría utilizado el chatbot para planificar su suicidio. Este caso generó un intenso debate sobre los límites de la tecnología conversacional y la necesidad de un uso responsable.
Para mitigar estos riesgos, OpenAI ha introducido cambios importantes en el diseño de sus modelos. Con la llegada de GPT-5, la compañía ha trabajado para reducir el tono complaciente o «adulador» que caracterizaba a versiones anteriores. También ha incluido alertas que invitan a los usuarios a tomar descansos, algo parecido a cuando las plataformas de streaming preguntan si aún estás mirando, pero aplicado a la salud digital.
El contexto deja claro que la decisión de abrirse a contenido adulto no es un movimiento impulsivo, sino parte de una estrategia más amplia para diferenciar la experiencia de usuario según la edad y fomentar un uso más saludable y transparente de la IA generativa.
Entre libertad creativa y responsabilidad social
El anuncio de OpenAI pone sobre la mesa una cuestión fundamental: ¿puede una inteligencia artificial ser una herramienta para la expresión erótica o el acompañamiento emocional sin cruzar líneas peligrosas? La respuesta parece estar en el matiz y en los controles. Al establecer mecanismos de verificación y filtros de edad, OpenAI busca ofrecer mayor libertad sin comprometer la seguridad.
El modelo «adultos tratados como adultos» se parece a lo que ocurre en otros medios: en el cine, por ejemplo, una película con clasificación R puede ser vista por quienes superen cierta edad. Lo mismo aplica a libros, videojuegos o incluso ciertas webs de salud. La diferencia aquí es que hablamos de una IA conversacional, capaz de simular emociones y empatía, lo que puede reforzar vínculos en usuarios vulnerables. Por eso, el rol del diseño ético y las salvaguardas tecnológicas se vuelve tan crítico.
Impacto en desarrolladores y nuevas oportunidades
El cambio también tiene implicaciones directas para quienes crean aplicaciones basadas en ChatGPT. Durante DevDay 2025, OpenAI dejó claro que, una vez en marcha la verificación de edad, los desarrolladores podrán lanzar experiencias clasificadas como «maduras». Esto podría incluir simuladores de relaciones, asistentes emocionales personalizados, o contenido de narrativa interactiva con temáticas para adultos.
Si bien esto amplía el espectro de posibilidades creativas, también exige una mayor responsabilidad por parte de quienes diseñan estas interacciones. Un juego o app que incluya contenido sensible deberá ser claro en sus descripciones, contener advertencias apropiadas y pasar por un proceso de aprobación que garantice que cumple con las normas establecidas por OpenAI.
El futuro de la IA conversacional con contenido sensible
El anuncio representa un nuevo capítulo para la IA generativa: ya no es solo una herramienta para productividad o aprendizaje, sino también un espacio donde puede explorarse la complejidad emocional y la expresión personal en un contexto adulto. Con esto, se abre una nueva frontera para la interacción hombre-máquina, pero también se incrementa la necesidad de una alfabetización digital que prepare a los usuarios para estos entornos.
Entender cómo interactuar de manera segura con una IA que puede hablar sobre erotismo, emociones profundas o dilemas personales requiere más que tecnología: exige educación, criterio y una discusión social amplia sobre los límites de lo que consideramos aceptable y saludable.
