Desde que ChatGPT, Claude, Gemini y todos los amigos de la misma pandilla están bailando a nuestro alrededor, el mundo vive en un vértigo constante.
Profesionales de todo tipo tiemblan al ver cómo un chat hace su trabajo. Os voy a poner unos ejemplos:
- Manolo es un crack con las fórmulas de Excel. Lleva muchos años siendo el mejor de su empresa, todos acudían a él cada vez que necesitaban alguna fórmula específica, de hecho ese es prácticamente su trabajo, ser consultor de excel dentro de su compañía. Tiene ya 55 años, y ahora recibe menos visitas cada día. Copilot al lado del excel hace las fórmulas en unos segundos, fórmulas por las que la empresa le felicitaba constantemente. Tiene miedo de que su mayor punto fuerte sea sustituido y pase a ser prescindible en la compañía, y con su edad será muy difícil ser absorbido por el mercado de trabajo.
- Laura tiene una capacidad de síntesis asombrosa. Se encarga de hacer los resúmenes de documentos en instituciones diversas. A veces la contrata una escuela, otras veces un despacho de abogados… desde que ChatGPT reina en las compañías, cada vez tiene menos clientes. Ahora las empresas suben un PDF y le hacen preguntas, no necesitan tanto los resúmenes, y cuando lo necesitan, el mismo ChatGPT los proporciona.
- Pedro transcribía entrevistas para enviar un texto prácticamente perfecto a los periodistas con los que trabajaba. Ahora eso lo hace la IA, y con sus 60 años de edad le es difícil competir con lo que está llegando.
La lista podría ampliarse sin límite. Muchos estáis pasando por lo mismo, de hecho los medios también estamos pasando por algo semejante ante tanto cambio en Google y ante la inminente llegada de SGE. Es cierto que siempre quedarán nuestros lectores fieles, pero no dejan de ser un porcentaje bajo si lo comparamos con lo que Google traía en los buenos tiempos.
Es por eso que no voy a hacer una lista de autoayuda del tipo «7 cosas que podemos hacer ante esta nueva situación» o «Cómo superar tu momento ante la llegada de la IA«. La propia IA puede dar consejos para rehacer tu vida, pero al final quien manda es el mercado, y ese mercado no está preparado para lo que se acerca.
Por un lado tenemos a un mundo académico completamente desincronizado con la realidad. Ayer estuve hablando con un estudiante de arte que nunca había usado Midjourney, ni lo habían mencionado en la escuela donde estudia.
Por otro lado tenemos la necesidad de las empresas de aumentar su lucro, y eso implica reducir personal para que la IA haga el trabajo de uno o varios de los empleados. No culpo a las empresas, han funcionado así desde siempre, forma parte de las reglas del juego.
Son dos lados que ejemplifican la situación en la que nos encontramos, donde unos pocos bailan a un ritmo de una música que nadie ha compuesto, y el resto los mira como si estuvieran locos.
Si tienes más de 50 años y la IA amenaza tu empleo, estás en una posición complicada, pero eso no significa que sea un callejón sin salida. Hasta que el mercado se estabilice, el gobierno (que se supone que debe proteger a su población) se entere de lo que está pasando y las ofertas laborales incluyan a quien tiene más experiencia, hay varias cosas que pueden ir haciéndose, y todas ellas circulan bajo el mismo núcleo: compartir lo que se sabe. Tener años de experiencia en una empresa es suficiente garantía para que alguien pueda trabajar como mentor, ayudar a startups o incluso crear un canal de youtube de pago para que los seguidores apoyen tu contenido, para que no se pierdan toda esa experiencia como lágrimas en la lluvia.