La preocupación en el mundo literario ha crecido en relación al impacto de la inteligencia artificial en la industria de la escritura.
Recientemente, miles de autores han firmado una carta exigiendo a empresas como OpenAI y Meta que respeten sus derechos de autor y dejen de utilizar su trabajo sin permiso ni compensación. Sin embargo, proteger los derechos de los escritores frente a las tecnologías emergentes no es una tarea fácil.
La disminución de los ingresos y la preocupación de los escritores por las aplicaciones generativas de IA
En los últimos años, los escritores han experimentado una notable disminución en sus ingresos. Según un informe próximo de The Authors Guild, el Sindicato de Autores estadounidense, el ingreso medio de un escritor a tiempo completo el año pasado fue de $23,000 dólares, lo cual representa una disminución del 42% entre 2009 y 2019. Esta tendencia preocupa a los escritores y los motiva a tomar medidas para salvaguardar su sustento.
El advenimiento de aplicaciones generativas de IA basadas en texto, como GPT-4 y Bard, ha intensificado las preocupaciones de los escritores. Estas aplicaciones se valen del contenido de los autores sin permiso ni compensación y lo utilizan para producir nuevo contenido en respuesta a las solicitudes de los usuarios. Esto plantea una seria preocupación para los escritores, ya que ven cómo su trabajo es utilizado sin su consentimiento y sin recibir una compensación justa.
La carta abierta de The Authors Guild, dirigida específicamente a Sam Altman, CEO de OpenAI; Sundar Pichai, CEO de Alphabet; Mark Zuckerberg, CEO de Meta; Emad Mostaque, CEO de Stability AI; Arvind Krishna, CEO de IBM; y Satya Nadella, CEO de Microsoft, hace hincapié en los siguientes puntos:
- La obtención de permisos para el uso de material protegido con derechos de autor en sus programas de IA generativa.
- Compensar a los escritores justamente por el uso pasado y continuo de sus obras en sus programas de IA generativa.
- Compensar a los escritores de manera justa por el uso de sus obras en la producción de IA, independientemente de que los resultados estén o no infringiendo la ley actual.
La voz de los escritores frente al panorama actual con la IA
Alexander Chee, autor de novelas exitosas como «Edimburgo» y «La reina de la noche», ha expresado su opinión en este tema, de acuerdo a lo consignado por NPR. Según Chee, no hay una necesidad urgente de que la IA escriba novelas, y las únicas personas que podrían necesitarlo son aquellas que se oponen a pagar a los escritores lo que realmente valen. Esta perspectiva es compartida por muchos otros escritores que buscan proteger sus derechos y recibir una remuneración adecuada por su trabajo.
Algunos escritores están dispuestos a llevar la lucha por sus derechos a los tribunales. Autores como Sarah Silverman, Paul Tremblay y Mona Awad se han unido como demandantes en demandas colectivas que alegan que empresas como Meta y OpenAI entrenaron sus programas de IA utilizando copias pirateadas de sus obras. Estas demandas representan un paso necesario para garantizar un trato justo hacia los escritores y proteger su propiedad intelectual.
Los agentes literarios también están tomando medidas para proteger los intereses de los escritores. Gina Maccoby, una agente literaria en Nueva York, está abogando por la inclusión de cláusulas en los contratos de los escritores que prohíban el uso no autorizado de la IA. Aunque existe cierta incertidumbre en cuanto a cómo se puede hacer cumplir este tipo de cláusulas, es un paso necesario para establecer un marco legal que proteja los derechos de autor de los escritores.
Además de las acciones individuales, el sector editorial está buscando salvaguardar el futuro de los autores a través de legislaciones y regulaciones que regulen el uso de la IA generativa. The Authors Guild está cabildeando activamente para promover proyectos de ley en esta área. Sin embargo, hasta el momento, no se han implementado regulaciones concretas y las discusiones al respecto están en curso.
El camino para garantizar los derechos de autor en la era de la IA será complejo. Será necesario combinar litigios, regulaciones y la voz enérgica de la comunidad literaria. Es importante que las empresas de IA escuchen las demandas de los escritores y establezcan un diálogo constructivo para encontrar soluciones adecuadas. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá lograr un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos de autor de los escritores.