Aún cuando no terminamos de acostumbrarnos a todo lo nuevo que traen consigo las redes 5G, las cuales todavía están en proceso de despliegue inicial, ya comenzamos a recibir noticias sobre lo que sería en el futuro la sexta generación de tecnologías de telefonía móvil.
La novedad llegó desde China, país en el que tuvo lugar la puesta en órbita del primer satélite de esta clase, como parte de un programa de pruebas que aportaría las primeras experiencias en torno a este eventual nuevo sistema de telecomunicaciones.
Considerando que el 5G aún se encuentra en una fase temprana de desarrollo, podría parecer apresurado hablar de su generación sucesora. Sin embargo, este es un tema que en más de una ocasión ha sido puesto sobre la mesa por distintos países, empresas y organizaciones.
Por ejemplo, asumiendo que al igual que todas las tecnologías de telefonía móvil que le preceden, el 5G quedará obsoleto en algún momento, desde Samsung hicieron el ejercicio de teorizar en torno al siguiente paso que la industria tendría que dar en la materia. Sin ir muy lejos, su mismo país de origen, Corea del Sur, al poco tiempo hizo públicas sus proyecciones para el despliegue de esta red en una década más. Otra iniciativa fue dada a conocer desde Finlandia, donde también han comenzado a dar sus primeros pasos.
En lo concreto, el 6G aún no existe como tal, pues las redes de telefonía móvil responden siempre a un sistema estandarizado, el cual aún no se encuentra definido para la siguiente generación. En aquello radica la prisa por conseguir avances importantes, ya que adjudicarse la autoría del estándar garantiza un período importante de liderazgo no sólo tecnológico, sino que también comercial y político.
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El pasado 6 de noviembre, en Taiyuan, China, tuvo lugar el lanzamiento de un primer satélite de lo que sería la red 6G bajo la concepción del país oriental. Previamente, portavoces del gobierno del gigante asiático señalaron que sus exploraciones en torno a esta tecnología se encuentran aún en una fase inicial. De momento, no se conoce públicamente una agenda acabada de la materia ni los ámbitos de aplicación de estos primeros avances.
La propuesta de 6G china se basa en el uso de radiación submilimétrica, ondas de frecuencias muy altas que se propagan en el rango de los terahercios. Se estima que esto amplificaría hasta en 100 veces la capacidad que hoy alcanzan las redes móviles 5G.
Además, las ondas de terahercios se pueden utilizar para sostener comunicaciones en el espacio, pues esta tecnología permite realizar transmisiones sin pérdidas ni interrupciones de consideración bajo esas condiciones. Por lo mismo, el uso de Internet por satélite se funda en el uso de esta misma tecnología.
La industria de las telecomunicaciones aún tiene un largo camino por recorrer antes de llegar a un consenso sobre las futuras especificaciones de la red 6G, por lo que se desconoce si la tecnología probada en China se convertirá algún día en el estándar final.
Estados Unidos, quien hoy por hoy es el principal rival de China en casi cualquier ámbito de relevancia, también tiene una estrategia para afrontar el desafío del recambio generacional de estas redes. Para aquello, los principales actores de las áreas pertinentes del mercado tecnológico norteamericano se agruparon en la Next G Alliance, entidad que tiene como propósito “establecer la predominancia de Norteamérica en el camino evolutivo de la 5G y el desarrollo de la 6G”.
Lo de China es un primer paso. De aquí en adelante, junto al despliegue del 5G, también tendremos de vez en cuando novedades sobre la investigación en torno a su red sucesora.