En los últimos años, el crecimiento de la inteligencia artificial, impulsado en gran parte por gigantes tecnológicos como OpenAI, ha sido asombroso. Sin embargo, a medida que estas compañías buscan modelos de lenguaje cada vez más grandes, han comenzado a enfrentarse a una serie de desafíos y limitaciones. Este panorama ha impulsado un cambio de estrategia en el enfoque de desarrollo de IA, alejándose de la simple acumulación de datos y poder computacional hacia métodos más innovadores y eficientes.