Imagina poder abrir un armario, tomar una taza y colocarla bajo una máquina dispensadora, todo sin mover un solo músculo. No con botones, ni con asistentes de voz, sino simplemente pensando en hacerlo. Esto que suena a película futurista ya es una realidad palpable, gracias a un avance tecnológico que combina inteligencia artificial, robótica y neurociencia. Un equipo de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha logrado mantener operativo un sistema de este tipo durante más de siete meses sin necesidad de grandes ajustes. Y eso, créeme, es un logro sin precedentes.
Desde WWWhatsnew.com seguimos de cerca las innovaciones en interfaces cerebro-computadora (o BCI, por sus siglas en inglés), y este proyecto marca un hito importante. No se trata solo de un experimento de laboratorio: es un paso concreto hacia herramientas que realmente mejoran la autonomía de personas con discapacidades motoras severas.