Un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Hamburgo (TUHH) y del Centro Alemán de Sincrotrón Electrónico (DESY) ha desarrollado una tecnología que transforma la energía mecánica en electricidad usando solo dos ingredientes esenciales: agua y silicio. Esta combinación, tan común en la naturaleza, podría convertirse en la base de sistemas energéticos autónomos, especialmente en lugares donde el movimiento y la presión son constantes, como los amortiguadores de vehículos o sistemas de monitoreo en movimiento.
La clave está en los nanoporos: minúsculos canales dentro de partículas de silicio que permiten controlar el flujo de agua a escalas nanométricas. Al comprimir y liberar el agua en estos espacios, se genera una carga eléctrica por fricción, fenómeno conocido como efecto triboeléctrico. Este principio es el mismo que sentimos cuando nos frotamos los pies contra una alfombra y tocamos una manija metálica, generando una pequeña descarga eléctrica. La diferencia es que, en lugar de una chispa momentánea, el sistema logra una generación constante y controlada. Continúa leyendo «Generar electricidad con agua y silicio: una apuesta simple y poderosa»