Crecer bilingüe es mucho más que hablar dos idiomas. Es como tener un gimnasio cerebral activo desde la infancia. El cerebro de los niños expuestos a dos lenguas trabaja constantemente para organizar, seleccionar y cambiar entre sistemas lingüísticos, lo cual fortalece sus capacidades cognitivas desde etapas muy tempranas.
Esta práctica diaria mejora la flexibilidad cognitiva, es decir, la habilidad de adaptarse a nuevas situaciones o reglas, como si el cerebro tuviera una mayor agilidad para hacer malabares entre tareas. Además, los bilingües desarrollan mejor sus funciones ejecutivas, aquellas responsables de la atención, la planificación, la regulación emocional y la memoria de trabajo.
Estudios con neuroimagen han mostrado que los cerebros bilingües presentan mayor densidad de materia gris en regiones asociadas al lenguaje, y una conectividad neuronal más eficiente. Como si dos rutas paralelas estuvieran en constante uso, el cerebro bilingüe desarrolla autopistas más rápidas para procesar información, lo cual impacta positivamente en otras habilidades mentales. Continúa leyendo «Las ventajas de crecer bilingüe: mentes más flexibles para un mundo más complejo»