Finalmente, tras varias pruebas y hasta fallidos intentos, SpaceX, compañía de Elon Musk, consigue una página más en la historia de la industria aeroespacial gracias a una nueva hazaña: Lanzar un cohete al espacio, que soltara su carga para entregarla a la Estación Espacial Internacional y que el cohete aterrizara nada más y nada menos que en una plataforma flotando en el mar.
Lo restante es cuestión de limpiarlo, comprobar que todo marche bien, reabastacerlo y mandarlo de nuevo al espacio a poner satélites en órbita, abastecer estaciones y realizar otras tareas que usualmente cuestan decenas de millones de dólares pero que con cohetes reutilizables disminuyen a unos cientos de miles. Indudablemente, se trata de un hito que llega a superar incluso a la otra extraordinaria hazaña conseguida en diciembre pasado de lanzar un cohete y traerlo a la tierra sin daños ya que ahora no volvió a un punto fijo en la tierra sino a un pequeño objetivo en el mar.
Aquí está el momento histórico capturado en video:
Landing from the chase plane pic.twitter.com/2Q5qCaPq9P
”” SpaceX (@SpaceX) 8 de abril de 2016
Y aquí está otro video con la explicación de los objetivos conseguidos:
En resumen, para traer el cohete a la tierra se debe ejecutar una trayectoria en forma de «8» (puede verse a partir del tiempo 1:20 del video anterior), pero conseguir esas curvas gasta demasiado combustible y se complica el manejo al ser más lo necesario por controlar; por su parte, en una plataforma flotante, que por cierto puede maniobrarse como un dron, se coloca donde haga falta y el cohete solo debe realizar un recorrido en forma de parábola para volver sin problema y dejarse atrapar como bola de béisbol.
¿Lo siguiente? Seguir optimizando los vehículos para empezar a llevar personas a «darse una vuelta» por el espacio, y con los bajos costes conseguidos, no solo millonarios sino también gente del común.
Más información: Perfil en Twitter de SpaceX y su portal de noticias