Una impresora 3D puede ser clave en un crimen: una estudiante propone una herramienta para detectarlo

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Lo que para muchos es una herramienta creativa y útil, como una impresora 3D, para otros representa una forma silenciosa de cometer delitos. La posibilidad de fabricar desde juguetes hasta prótesis médicas ha transformado industrias, pero también ha abierto la puerta a un nuevo tipo de ciberdelincuencia difícil de rastrear. Hala Ali, una estudiante de doctorado en la Universidad de la Commonwealth de Virginia (VCU), ha dedicado su investigación a iluminar este rincón oscuro de la tecnología.

Ali ha desarrollado SliceSnap, un sistema de análisis forense digital que examina el software que utilizan las impresoras 3D para detectar posibles usos ilegales. Su trabajo ha sido reconocido con el premio al mejor artículo en la 25.ª Conferencia Anual de Investigación en Informática Forense, celebrada en Chicago. La herramienta que propone puede ayudar a rastrear si una impresora ha sido usada para fabricar armas o dispositivos prohibidos, algo que hasta ahora resultaba extremadamente difícil de probar.

Cómo los delincuentes se valen del 3D

La impresión 3D funciona por capas: el software conocido como slicer convierte un modelo digital en instrucciones que la impresora sigue para construir el objeto, capa por capa. Lo que parece inofensivo en apariencia puede esconder modificaciones sutiles que alteran la funcionalidad del objeto. Por ejemplo, un cambio en la velocidad del ventilador podría afectar la resistencia de una pieza, haciendo que una parte inocente se convierta en algo peligroso, como un arma encubierta.

Los criminales han aprendido a borrar sus huellas eliminando los archivos digitales una vez que el objeto ha sido impreso. Esto deja a las autoridades sin evidencia tangible del proceso previo. Ali, junto con sus coautores Irfan Ahmed (profesor en VCU) y Andrew Case (especialista en ciberseguridad en Volexity), encontró una forma de recuperar esa evidencia, aunque el rastro haya sido eliminado.

SliceSnap: memoria digital como pista forense

El punto de partida de SliceSnap es simple pero potente: analizar la memoria RAM de las aplicaciones de corte. En particular, Ali se centró en Ultimaker Cura, uno de los programas de slicing más utilizados a nivel mundial. Este software convierte modelos en archivos G-code, el lenguaje que entienden las impresoras 3D. Aunque el archivo final se borre, la memoria del software conserva fragmentos de esa información durante un tiempo, y SliceSnap es capaz de extraerla.

Esto permite reconstruir parcialmente el modelo impreso y los comandos asociados, generando así una huella digital del proceso. Las implicaciones legales son importantes: en caso de que un objeto cause daño, las autoridades pueden determinar si fue diseñado intencionalmente para ello. También podrían identificar patrones de impresión similares entre diferentes delitos.

Un campo emergente en la ciberseguridad

El interés de Ali por la ciberseguridad comenzó en la secundaria y se consolidó durante su maestría en India. Su trabajo forma parte de una tendencia creciente que busca adaptar las herramientas forenses tradicionales a los nuevos escenarios tecnológicos. Con la impresión 3D cada vez más accesible, el riesgo de que se use para fines ilícitos también crece.

Las leyes actuales no logran seguir el ritmo de esta tecnología. La fabricación casera de armas, por ejemplo, es difícil de controlar si no existen pruebas del proceso. SliceSnap ofrece una vía para obtener esas pruebas incluso cuando el archivo ha sido borrado, convirtiéndose así en un aliado potencial para fiscales y cuerpos policiales.

Implicaciones más allá del crimen

Aunque la herramienta se ha diseñado pensando en delitos como la fabricación de armas, su aplicación puede extenderse a otros campos. En industrias reguladas, como la médica o la aeroespacial, garantizar que una pieza ha sido producida bajo ciertas condiciones es vital. Un fallo en una prótesis impresa o en una parte de un dron, por ejemplo, puede tener consecuencias graves. SliceSnap podría ser usada para verificar la integridad del proceso de fabricación, detectando manipulaciones que comprometan la seguridad del producto final.

Lo que sigue para SliceSnap y la investigación

El reconocimiento obtenido por Ali marca un hito, pero también un punto de partida. Su intención es continuar desarrollando herramientas en el área de la informática forense aplicada a nuevas tecnologías, como la impresión 3D. El campo está en plena expansión y necesita soluciones que estén a la altura del ingenio con el que se mueven los delincuentes digitales.

La capacidad de transformar algo tan técnico como el análisis de memoria en una herramienta práctica para la justicia es lo que hace destacable el trabajo de esta investigadora. Al igual que una lupa que revela huellas en una escena del crimen, SliceSnap actúa como un microscopio digital que examina lo que ocurre en el interior de los sistemas, incluso después de que el rastro visible haya desaparecido.