Una demanda con sabor texano: X, Apple y OpenAI se enfrentan en Fort Worth

Publicado el

alzheimers_blood_test_optimized

El sistema judicial de Estados Unidos tiene una característica que pocas veces se discute fuera del ámbito legal, pero que cada vez genera más controversia: la posibilidad de elegir el distrito donde se presenta una demanda federal. En este contexto, la reciente decisión de un juez federal de mantener en Fort Worth, Texas, una demanda presentada por X (antes Twitter), xAI (ambas de Elon Musk) contra Apple y OpenAI, ha generado un debate tan legal como político.

El juez Mark Pittman, conocido por su tono irónico y por haber sido designado por el expresidente Donald Trump, decidió no trasladar la demanda a otro distrito, a pesar de que reconoció que las conexiones de las partes involucradas con Fort Worth son prácticamente inexistentes. Este gesto, aparentemente neutral, resalta cómo algunas empresas y figuras públicas están utilizando la geografía judicial como una estrategia más en sus batallas legales.

Acusaciones de monopolio y favoritismo

La demanda, presentada en agosto de 2025, acusa a Apple y OpenAI de haber creado un «esquema anticompetitivo» para mantener monopolios en los mercados de inteligencia artificial. Según los argumentos de X y xAI, Apple estaría favoreciendo a ChatGPT en su App Store, relegando deliberadamente otras opciones, como Grok, el chatbot desarrollado por xAI.

Esta acusación no es menor. Implica que Apple estaría usando su control sobre la distribución de aplicaciones en iOS para beneficiar a un socio estratégico, OpenAI, mientras limita el alcance de productos rivales. De probarse, este comportamiento podría encajar en las definiciones tradicionales de prácticas anticompetitivas.

Pero más allá del fondo del caso, lo que ha captado la atención es la forma y el lugar donde se está litigando. La sede elegida por X y xAI —la corte federal de Fort Worth— no tiene una relación directa ni con Apple ni con OpenAI. Apple tiene apenas algunas tiendas en la zona, mientras que OpenAI, como Apple, tiene su sede en California. X Corp., por su parte, está en Bastrop, Texas, a unos 320 kilómetros al sur.

La estrategia del «forum shopping»

El término «forum shopping» se refiere a la práctica de elegir el tribunal que se considera más favorable para el tipo de demanda que se va a presentar. En Estados Unidos, esta estrategia se ha vuelto especialmente común entre demandantes conservadores, que prefieren tribunales con jueces designados por gobiernos republicanos, donde las posibilidades de obtener sentencias afines son mayores.

El juez Pittman, si bien fue designado por Trump, no ocultó su crítica a esta táctica. En su orden judicial de cuatro páginas, ironizó con la idea de que las empresas podrían considerar mudarse a Fort Worth, incluso les sugirió consultar la web de servicios empresariales de la ciudad para iniciar el proceso de reubicación. Su mensaje es claro: la elección del distrito judicial no debería ser una herramienta arbitraria para influir en el resultado de un proceso.

Pese a su crítica al «forum shopping», Pittman reconoció que la ley actual, y particularmente la interpretación del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, le impide trasladar fácilmente un caso a otra jurisdicción. En otras palabras, aunque no le guste, no tiene la base legal suficiente para mover la demanda fuera de su sala.

Precedentes legales y tensiones políticas

Este no es el primer roce entre Musk y el sistema judicial. Anteriormente, el mismo juez intentó trasladar una demanda de grupos bancarios contra una regla de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor hacia Washington D.C., pero el Quinto Circuito anuló esa decisión. Este precedente pesa sobre la actual disputa, dejando al juez sin mucho margen de acción.

La controversia se amplía si se toma en cuenta el contexto político. Elon Musk ha sido un actor visible en el ámbito político y judicial, manteniendo relaciones cercanas con figuras conservadoras y enfrentándose abiertamente a entidades regulatorias como la SEC. Su decisión de presentar la demanda en Fort Worth puede leerse también como un movimiento estratégico para buscar un entorno más predecible ante posibles regulaciones futuras que afecten a sus compañías.

El trasfondo empresarial: competencia en inteligencia artificial

Detrás de la demanda subyace una lucha por el control del ecosistema de inteligencia artificial. OpenAI, con el respaldo de Microsoft y el impulso que ha tomado ChatGPT en diversas plataformas, ha consolidado una posición de liderazgo. Apple, al integrarlo en sus sistemas y darle visibilidad en su App Store, refuerza ese dominio.

Por su parte, xAI y Grok representan una propuesta alternativa, más alineada con la visión de Musk sobre la IA. Grok está integrado en la red social X y ofrece un enfoque más provocador y abierto, intentando diferenciarse de ChatGPT tanto en tono como en funcionalidad. El conflicto, entonces, no es solo legal: es una batalla por el posicionamiento de marca y por el futuro del acceso a la inteligencia artificial desde los dispositivos más populares del mundo.

¿Qué puede pasar ahora?

Aunque el juez haya decidido mantener el caso en Fort Worth, eso no garantiza que la demanda avance rápidamente o que se resuelva a favor de X y xAI. Apple y OpenAI, por el momento, no han pedido cambiar la sede del juicio, lo que podría interpretarse como una estrategia de no confrontación directa con el juez o como una muestra de confianza en sus argumentos.

Lo que sí parece seguro es que este caso marcará un nuevo episodio en el debate sobre el poder de las grandes tecnológicas, el control de las plataformas de distribución digital y la influencia de los foros judiciales sobre los litigios de alto perfil. También añade un nuevo capítulo a la relación entre Elon Musk, el poder judicial y sus competidores en el sector de la inteligencia artificial.