Cómo ChatGPT está cambiando la experiencia de ser padre: el caso de Sam Altman

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La llegada de un bebé puede ser tan maravillosa como desconcertante, especialmente para quienes se estrenan como padres. Lo que antes era un mar de dudas resuelto con libros, llamadas a familiares o búsquedas interminables en Google, hoy también puede encontrar respuesta en la inteligencia artificial. El propio Sam Altman, CEO de OpenAI, lo ha compartido abiertamente: ChatGPT le ha servido como herramienta clave en los primeros meses de vida de su hijo.

ChatGPT como niñera de bolsillo

Ser padre primerizo implica tener cientos de preguntas al día. Desde entender si un llanto es por hambre, sueño o incomodidad, hasta saber cuántas horas debe dormir un bebé o cuándo comenzar con la alimentación complementaria. Altman, con un bebé de tres meses en casa, confesó haber usado ChatGPT constantemente para despejar esas dudas, como si fuera una especie de pediatra virtual disponible las 24 horas.

Aunque reconoce que “la humanidad ha criado niños durante miles de años sin IA”, también admite que no se imagina hacerlo ahora sin esta tecnología. La IA, según sus palabras, se ha convertido en un aliado que le da tranquilidad y respuestas en momentos donde el desconcierto es la norma.

De Google al chat conversacional: un cambio de paradigma

Preguntar a ChatGPT por qué llora un bebé no es muy distinto a lo que muchas personas ya hacen al buscarlo en Google. Pero la gran diferencia está en la experiencia: en lugar de navegar entre enlaces, la IA ofrece respuestas directas, adaptadas y conversacionales, como si hablases con un experto que ya te conoce.

Este uso no está exento de riesgos. La IA aún puede cometer errores y ofrecer respuestas inexactas o inventadas, lo que se conoce como «alucinaciones». Por eso, aunque puede ser una herramienta de apoyo, no debe sustituir el criterio médico o la opinión de profesionales de la salud.

Nacer con una IA bajo el brazo

Si antes se decía que los niños nacían con un móvil bajo el brazo, ahora la frase podría transformarse: los niños de hoy vienen acompañados de una IA. Altman reflexionó sobre cómo los pequeños crecen rodeados de tecnología, y puso como ejemplo un video viral de un bebé intentando interactuar con una revista de papel como si fuera una pantalla táctil.

Para muchos padres, la IA ya no es solo una herramienta de información, sino también una forma de interacción y entretenimiento. Algunos incluso han empezado a utilizar funciones de voz de ChatGPT para que sus hijos hablen con la IA sobre sus intereses o emociones. Aunque esto genera un debate ético y educativo, pone sobre la mesa una nueva manera de integrar la tecnología en la crianza.

IA, crianza y equilibrio

Como ocurre con los dispositivos móviles, el uso de ChatGPT con niños requiere criterio y responsabilidad. Las normas de uso establecen que se necesita tener al menos 13 años para interactuar con el sistema, por lo que usarlo con niños pequeños debe ser una acción guiada por los padres.

Usar la IA como un apoyo, no como reemplazo, es clave. Puede ayudar a responder preguntas simples, organizar rutinas, entender patrones de sueño o incluso recomendar actividades adaptadas a la edad del niño. Pero también puede convertirse en una muleta peligrosa si se usa para evitar conversaciones o delegar completamente el cuidado emocional de los hijos.

El futuro de la paternidad con IA

El testimonio de Sam Altman muestra una tendencia que irá creciendo: la integración de inteligencia artificial en la crianza diaria. Como con cualquier avance tecnológico, el reto estará en saber equilibrar sus beneficios con sus límites. La IA puede aliviar dudas, ofrecer ideas y acompañar, pero no reemplazar el vínculo humano que necesita todo niño.

Poco a poco, herramientas como ChatGPT podrán especializarse en temas familiares, ofrecer recomendaciones personalizadas y colaborar con expertos para ser aún más fiables. Pero su uso debe ir siempre de la mano del sentido común, la supervisión y el afecto.