Desde hace un tiempo, ChatGPT ha dejado de ser solo un asistente que responde preguntas para convertirse en una especie de compañero digital con quien se puede construir una relación más personalizada. Y con su última actualización, OpenAI ha dado un paso clave en esa dirección: ChatGPT ahora es capaz de personalizar búsquedas en Internet utilizando detalles de tu historial de conversación. Esto significa que ya no solo recuerda lo que dijiste antes, sino que también puede aplicar esa información cuando te ayuda a buscar en la web.
¿Qué es “Memory with Search” y por qué importa?
La nueva función se llama Memory with Search, o “Memoria con búsqueda”, y suena como algo salido de una película futurista. Pero la idea es bastante sencilla: cuando haces una pregunta que requiere una búsqueda en Internet, ChatGPT no solo toma lo que escribiste en ese momento, sino que también usa lo que sabe sobre ti para hacer la búsqueda más precisa.
Por ejemplo, si alguna vez le dijiste que eres vegano y que vives en San Francisco, y ahora escribes algo tan simple como “recomiéndame un restaurante cerca”, ChatGPT reformulará la búsqueda a algo como “restaurantes veganos buenos en San Francisco”. Sin necesidad de que repitas tus preferencias, el sistema las recuerda y las aplica cuando tiene sentido.
Este tipo de personalización no es nueva en el mundo digital (piensa en cómo Netflix recomienda películas o cómo Google recuerda tus búsquedas anteriores), pero en el caso de ChatGPT, la diferencia está en cómo lo hace dentro de una conversación fluida, casi como si hablaras con alguien que realmente te conoce.
¿Cómo funciona exactamente esta memoria?
La memoria de ChatGPT ha sido mejorada varias veces en los últimos meses, pero esta nueva integración con las búsquedas web representa un cambio importante.
Hasta hace poco, la memoria servía principalmente para recordar hechos básicos de cada usuario: cómo te llamas, qué temas te interesan, cómo prefieres que se te hable (formal, informal, etc.). Ahora, esa misma información se aplica cuando el sistema necesita buscar algo en Internet.
Es decir, la inteligencia artificial no solo responde con lo que ya sabe, sino que investiga por ti teniendo en cuenta tus preferencias personales. Esto le permite ofrecer resultados más útiles, más relevantes y más ajustados a tu contexto.
¿Qué pasa con la privacidad?
Una de las preguntas más frecuentes con este tipo de funciones es: ¿esto significa que me están vigilando? Y la respuesta corta es no.
OpenAI ha dejado claro que la función de memoria es completamente opcional. Si no quieres que ChatGPT recuerde nada, puedes desactivarla fácilmente desde el menú de configuración. Y si decides activarla, también puedes revisar qué cosas recuerda exactamente, e incluso eliminar datos específicos cuando lo desees.
Esta transparencia busca dar control total al usuario sobre su experiencia. Porque al final del día, no se trata de espiar, sino de ofrecer un servicio más adaptado a tus necesidades sin que tengas que repetirlo todo cada vez.
¿Quién tiene acceso a esta función?
La función Memory with Search todavía se está implementando de forma gradual. Algunos usuarios ya comenzaron a recibirla esta semana, aunque OpenAI no ha confirmado públicamente para quién está disponible ni en qué países. Es probable que estén haciendo pruebas con un grupo reducido antes de lanzarla a todos.
Si quieres saber si ya puedes usarla, puedes revisar en tu menú de configuración de ChatGPT si la opción de memoria está activa y si hay alguna mención a la integración con búsquedas.
¿Por qué es un cambio importante?
Este movimiento de OpenAI apunta claramente a diferenciar ChatGPT de sus competidores como Claude de Anthropic o Gemini de Google, ambos también con capacidades de memoria, pero sin integrar este nivel de personalización en las búsquedas web.
La combinación entre memoria contextual y acceso en tiempo real a Internet convierte a ChatGPT en algo más que un chatbot: se convierte en una especie de asistente digital personalizado, que puede ayudarte a planear un viaje, hacer una compra, investigar un tema o incluso mejorar tu productividad, sin necesidad de explicarle todo desde cero cada vez.
Piénsalo como si tuvieras un bibliotecario personal que, además de saber dónde encontrar cualquier libro, recuerda cuáles te gustan, qué temas te interesan y qué preguntas hiciste la última vez.
¿Qué puedes hacer con esta nueva función?
Imagina algunos usos prácticos:
- Buscar productos según tus preferencias: Si alguna vez le dijiste a ChatGPT que prefieres productos ecológicos, cuando busques “mejores detergentes para ropa”, puede priorizar los que sean sostenibles.
- Organizar actividades locales: Si vives en Madrid y sueles salir con niños, puedes pedirle “actividades divertidas para el fin de semana” y recibir sugerencias ajustadas a tu ciudad y tu contexto familiar.
- Encontrar noticias relevantes: Si te interesa la tecnología, ChatGPT puede enfocar las búsquedas hacia ese sector cuando pidas “últimas noticias importantes”.
Todo esto hace que la experiencia sea más fluida, más eficiente y, sobre todo, más humana.
¿Y si prefiero que no recuerde nada?
Ningún problema. Como mencionamos antes, puedes desactivar la memoria cuando quieras. Si lo haces, ChatGPT volverá a comportarse como antes: responderá solo con lo que le digas en el momento y no aplicará recuerdos pasados en sus respuestas o búsquedas.
Esta opción también es útil si, por ejemplo, estás usando el mismo dispositivo con otras personas y no quieres que se mezclen preferencias o datos.
Hacia dónde va esta tecnología
La incorporación de la memoria en la búsqueda web es solo una muestra de lo que nos espera. Cada vez más, los modelos de lenguaje con inteligencia artificial se están adaptando para ofrecer experiencias personalizadas, sin sacrificar la privacidad del usuario.
OpenAI está construyendo una versión de ChatGPT que se parece más a un asistente virtual completo, como una mezcla entre un motor de búsqueda, un ayudante de agenda y un experto en casi todo.
Y si bien queda camino por recorrer —como asegurar que la memoria no cometa errores o mantener siempre el consentimiento del usuario—, este avance marca un punto de inflexión en cómo interactuamos con la tecnología.
Ahora, más que pedirle información, estamos enseñándole a entendernos.
