CARDIA transforma ecocardiogramas 2D en modelos 3D del corazón

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En la medicina moderna, donde la precisión y la rapidez en los diagnósticos pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte, surge desde España una tecnología pionera capaz de transformar la forma en que los médicos visualizan el corazón. Hablo de CARDIA by Apolo, una herramienta que, mediante el uso de inteligencia artificial (IA), convierte ecocardiogramas 2D estándar en detalladas reconstrucciones 3D del corazón.

Este avance quiere cambiar el curso del diagnóstico cardiovascular, postulándose como una solución efectiva para mejorar la eficiencia del sistema sanitario.

Detrás de CARDIA se encuentra Apolo AI, una compañía española que ha asumido el reto de liderar este proyecto innovador. Bajo la dirección de Daniel Ferrer, y con el apoyo de un equipo multidisciplinario de 20 especialistas en biomedicina y computación, además de la colaboración de cardiólogos de renombre, CARDIA se encuentra actualmente en fases de desarrollo y validación médica. Su objetivo es solo facilitar diagnósticos más rápidos y precisos para enfermedades cardiovasculares y valvulares, haciendo, al mismo tiempo, más eficiente el uso de recursos tanto humanos como económicos en los centros sanitarios.

Proceso de escaneado de corazón, de 2D a 3D
Proceso de escaneado de corazón, de 2D a 3D

La importancia de este tipo de innovaciones se hace aún más evidente al considerar que las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte a nivel mundial, con casi diecinueve millones de fallecimientos registrados en 2019. En este contexto, CARDIA emerge como una herramienta crucial para obtener diagnósticos más precisos en menor tiempo, contribuyendo así a salvar vidas.

La financiación de este proyecto viene de una red de inversores privados. Cuentan con figuras como Ana Victoria Ugidos, fundadora y CEO de BTSA, liderando el consejo de administración,  y con el respaldo y la experiencia necesarios para su implementación y expansión.

Estaré atento a su evolución y a su eventual comercialización prevista para 2025, con la expectativa de que esta tecnología se convierta en un estándar en el diagnóstico cardiovascular a nivel mundial.

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