Atención, clientes de Air Europa: Un ciberataque podría haber comprometido tu tarjeta de crédito

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Hacer compras en línea se ha convertido en una práctica común, pero no exenta de riesgos. Uno de los peligros más graves es el de los ciberataques, que pueden comprometer datos sensibles como los de nuestras tarjetas de crédito. Air Europa, una de las aerolíneas más conocidas, se ha convertido en la última víctima de este tipo de incidentes.

Air Europa ha sufrido un ciberataque que afecta a su sistema de pagos en línea, tal y como informan desde El Español. La aerolínea ha actuado para cerrar la brecha de seguridad y sigue investigando el incidente. Aunque no hay evidencia de que los datos filtrados se hayan utilizado para cometer fraude, la compañía ha emitido una advertencia a sus clientes.

La información en riesgo incluye datos de tarjetas de crédito: número de la tarjeta, fecha de caducidad y el CVV. Estos son datos lo suficientemente sensibles como para justificar la cancelación de la tarjeta.

La aerolínea ha notificado a las autoridades pertinentes, incluida la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), el INCIBE y las entidades financieras. Los clientes afectados han recibido correos electrónicos con recomendaciones para minimizar el impacto del incidente (recomiendan cancelar la tarjeta con la que se hicieron compras en su compañía).

Este no es un incidente aislado. En 2018, Air Europa ya fue víctima de un hackeo que resultó en el robo de datos de 489.000 clientes, lo que llevó a una multa de 600.000 euros por parte de la AEPD.

Si has realizado alguna compra en Air Europa recientemente, es crucial que te pongas en contacto con tu entidad bancaria para cancelar la tarjeta comprometida y evitar un uso fraudulento de la información, y prestar atención ante cualquier movimiento bancario sospechoso.

Este incidente subraya la importancia de la ciberseguridad en la industria de la aviación y plantea preguntas sobre cómo las empresas protegen los datos sensibles de los clientes. La ciberseguridad no es solo una cuestión técnica, sino una necesidad imperante para garantizar la confianza del consumidor en un mundo cada vez más digitalizado.

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