Estamos en una época en la que los algoritmos en las redes sociales deciden lo que queremos ver, y eso es un poder tremendo. Redes como TikTok, donde se muestra contenido aleatorio, no necesariamente de las personas a las que seguimos, tienen el poder de decidir lo que miles de millones de personas de todo el mundo van a ver.
Esta realidad parece salida de una película de ciencia ficción, donde ordenadores, inteligencias artificiales, educan y manipulan a la sociedad con contenido específico. Si un buen día la IA de las redes sociales decide mostrar únicamente contenido criticando a un país específico, tendremos a millones de personas opinando sobre el tema, manipulados.
Es por eso por lo que los algoritmos deben ser revisados por instituciones competentes, algún tipo de organización que vele por la buena salud mental de los ciudadanos (esperemos que exista algo así en el futuro).
Mientras tanto, van saliendo noticias como la publicada hoy por la BBC, donde indican que la Administración del Ciberespacio de China (CAC) ha publicado una lista con las descripciones de 30 algoritmos con el objetivo de frenar el abuso de datos.
Entre los algoritmos hay uno de la web Taobao, propiedad de Alibaba, que recomienda productos o servicios a los usuarios en función de sus datos de búsqueda históricos, y otro de ByteDance en su web Douyin, que mide los intereses de los usuarios a través de lo que hacen clic, comentan o «gusta».
La información enviada a los reguladores incluye secretos comerciales, que no se divulgarán al público, secretos de ByteDance, Alibaba, Tencent, NetEase y Baidu, gigantes de Internet con sede en China, responsables por muchos de los grandes proyectos de la web actual.
Al gobierno chino le preocupa cómo estas plataformas pueden influir en la opinión pública dentro del país, por eso necesita tener más supervisión sobre su tecnología y datos. Quieren que el contenido recomendado difunda activamente energía positiva, y que no incentive las indulgencias, el gasto excesivo y la exposición a la cultura de las celebridades.
Google y Facebook de momento consiguen no tener que hacerlo en Estados Unidos diciendo que los algoritmos son secretos comerciales, pero en China ya han dado el paso para dar ejemplo.
La intención es buena, aunque por desgracia los objetivos de los reguladores de la mayoría de los gobiernos distan de ser ejemplares.