Proyecto de investigación busca cómo hacer más rápida la conexión a Internet

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fibra óptica submarina

La velocidad de la luz se mide a unos aproximados 300.000 kilómetros por segundo. Esta es la rapidez en la que, al menos en principio, debería funcionar la transmisión de datos a través de Internet.

Sin embargo, en la práctica la información circula a un ritmo que es entre 37 a 100 veces más lento. Este panorama podría ser corregido a partir de los planteamientos de una investigación.

El desafío de reducir la latencia en las conexiones a Internet

Las brechas de velocidad en las conexiones a Internet reciben el nombre de «latencia de red». Este indicador mide el retraso en una conexión a Internet, en la medida que una señal es transportada desde un ordenador —u otra clase de dispositivo— a un servidor y viceversa.

Investigadores de las universidades de Yale, Illinois, Duke y ETH Zurich, lideraron conjuntamente una investigación que busca una solución técnica para la reducción de esta latencia y así, aproximarse con mayor cercanía a la anhelada velocidad de la luz al conectarse a la red. Este proyecto fue nombrado cSpeed, teniendo como eslogan justamente “Internet a la velocidad de la luz”.

En su diagnóstico, los investigadores identificaron dos factores claves que ralentizan las conexiones. En primer lugar, comentaron que las rutas subterráneas de fibra óptica siguen rutas caóticas, determinadas por factores geográficos que terminan alargando las distancias, por la dirección tomada por este tendido. Seguidamente, resaltan como factor clave en esta observación que el vidrio utilizado como materia prima de los cables de fibra óptica son lentos de por sí.

En conversación con la Universidad de Yale, Gregory Laughlin, profesor de astronomía en la Facultad de Artes y Ciencias de aquella casa de estudios y miembro del equipo tras esta investigación, comentó que la propuesta de este proyecto es la implementación de una red de torres de transmisión de radio de microondas. 

Como antecedente, Laughlin plantea que esta idea ya ha sido ejecutada exitosamente, pero a escala limitada. Cita como ejemplo la red de microondas implementada hace una década por los operadores de acciones de las bolsas de valores de Chicago y Nueva Jersey, para reducir las transacciones comerciales de alta frecuencia, aunque fuera por algunos microsegundos.

Precisando detalles sobre el potencial impulso para la red que implicaría la aplicación de esa propuesta, Laughlin reconoce que una superposición de torres de transmisión de radio por microondas proporcionaría sólo un aumento pequeño y aparentemente insignificante en el ancho de banda para el Internet de Estados Unidos. En el estudio, el ejemplo se plantea de manera local para aquel país, pero su principio técnico —que permitiría que las señales de Internet viajen en línea recta, a través del aire y aceleren la conexión— puede estudiarse para su aplicación en otras regiones.

A pesar de aquello, esta técnica de superposición podría manejar una fracción importante de las solicitudes más pequeñas y sensibles a la latencia, reduciendo la saturación de la red. “Este tipo de tráfico está asociado con procedimientos que establecen una conexión entre dos sitios y que implican una gran cantidad de transmisiones de ida y vuelta, que son un pequeño número de bytes cada uno. Al acelerarlos y tomar las rutas físicamente más directas, puede obtener un aumento del factor de 10 a -100 para el tráfico donde más importa. Por otro lado, para aplicaciones como la transmisión de video, donde es posible almacenar en búfer la información, no es necesario utilizar las torres de microondas. La fibra es el camino a seguir si tiene grandes bloques de datos que necesitan transferencia”, aclaró el investigador.

Corren tiempos en los que nuestra actividad digital se encuentra cada vez más nutrida de acciones que en casi su totalidad, dependen de Internet. Por lo mismo, proyectos que busquen optimizar su rendimiento, como el presentado recientemente, podrían abrir el camino para mejores experiencias de uso en el futuro.