Seguramente todos vosotros os habéis encontrado alguna vez con anuncios que divulgan estafas. En algunas ocasiones son imágenes de personas famosas recomendando realizar algún tipo de inversión, en otras son promesas de beneficios basadas en datos falsos… son muy típicos, generalmente creados por plataformas de publicidad sin muchos escrúpulos, o con problemas a la hora de filtrar el contenido antes de publicarlo.
El caso es que los gigantes de la publicidad no están libres de estos problemas. Tanto en Facebook como en Google es posible ver anuncios de este tipo de vez en cuando, ya que dichas empresas pueden tardar bastante en darse cuenta de que están permitiendo que una estafa use su herramienta para llegar a millones de víctimas.
Ahora es Facebook la que está pagando por permitir eso, y ha sido en Australia.
Anunciaron que están demandando al propietario de Facebook, Meta, por anuncios fraudulentos de esquemas de criptomonedas, con famosos supuestamente respaldando las acciones.
La demanda llega desde la comisión de protección al consumidor de Australia, que ya ha dado entrada en el Tribunal Federal contra Meta por «conducta falsa» en incumplimiento de las leyes de valores o del consumidor.
Acusa de no realizar los esfuerzos suficientes para detener los anuncios fraudulentos de criptomonedas o esquemas para ganar dinero, y afirman que ya fueron alertados por celebridades que fueron usadas por anuncios de este tipo.
Tenemos aquí dos problemas diferentes. Por un lado el uso sin permiso de un famoso para divulgar algo, poniendo palabras en su boca para generar confianza (ya lo han hecho con el ex primer ministro de Nueva Gales del Sur, Mike Baird, y el empresario Dick Smith). Por otro lado tenemos el anuncio de esquemas piramidales que pueden arruinar la vida de muchas personas.
Meta prometió defenderse, e indican que quieren detener los anuncios fraudulentos mediante el uso de tecnología, tanto para detectarlos como para bloquearlos, ya que no es posible realizarlo manualmente.
Entre los casos de víctimas de este tipo de campañas han comentado el caso de un consumidor que había perdido más 480 000 dólares con esas promesas de inversión en productos de dudosa reputación.