Un duro revés sufrió el movimiento sindicalista que se formó en uno de los almacenes de Amazon en Alabama.
Tras desarrollarse las elecciones pertinentes, el pasado viernes los trabajadores manifestaron mayoritariamente su negativa ante esta iniciativa, con 1798 votos que se impusieron frente a los 738 trabajadores que sí respaldaron la propuesta.
Con más de mil votos de diferencia, los trabajadores de Amazon optaron por no sindicalizarse
El proceso pro sindicalización dentro de las filas de trabajadores de un almacén de Amazon en el estado de Alabama, Estados Unidos, fue un proceso no exento de polémicas. En resumen, la campaña se desarrolló bajo tensión, marcada por las constantes réplicas entre ambas partes que se desencadenaron del debate instalado en torno a las condiciones de trabajo de los más de 800 mil empleados de la compañía.
De los 5.876 miembros de la planta laboral de Amazon habilitados para votar, 3.041 hicieron uso de sus papeletas. Durante el conteo, algunos votos fueron objetados, pero la junta laboral de la compañía aseguró que ese volumen no implica una variación significativa en el resultado.
Tras finalizar este proceso, Amazon emitió un comunicado celebrando la participación de sus trabajadores en las votaciones. «Es fácil predecir que el sindicato dirá que Amazon ganó estas elecciones porque intimidamos a los empleados, pero eso no es cierto. Nuestros empleados escucharon muchos más mensajes anti-Amazon del sindicato, las autoridades y los medios de comunicación de lo que escucharon de nosotros», señaló la compañía. «Y Amazon no ganó, nuestros empleados tomaron la decisión de votar en contra de unirse a un sindicato», agregaron también.
La empresa fundada por Jeff Bezos, durante todo este último tiempo desestimó la iniciativa sindical, argumentando que sus condiciones laborales son superiores a las que usualmente se ven en otras empresas, destacando, por ejemplo, su salario mínimo de $15 dólares por hora.
El movimiento sindical quiere perseverar
Los activistas sindicales prometieron exigir una nueva votación, alegando que el gigante tecnológico y minorista estadounidense utilizó tácticas injustas, como un constante monitoreo y el ejercicio de presiones que decantaron en «un ambiente de confusión, coacción y/o miedo a represalias y, por lo tanto, interfirió con la libertad de elección de los empleados», según el movimiento.
Tras los conocidos resultados, varias vocerías surgieron para respaldar el movimiento sindical, asegurando que continuarán con sus gestiones.
Richard Trumka, presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, comentó ante la prensa que «le guste o no a Jeff Bezos, esta campaña de organización va a abrir las compuertas a una acción más colectiva».
También en un contacto abierto con reporteros, Linda Burns, trabajadora del almacén de Amazon aludido en este proceso comentó: «Quiero que mis compañeros de Amazon sepan que no ha terminado”, aseverando que “vamos a luchar por nuestros derechos como seres humanos, no como robots».
Así como ocurrió con la formación del sindicato de Alphabet, estudiosos y líderes de opinión, sobre todo en Estados Unidos han estado siguiendo desde cerca este episodio. Una corriente importante de esta crítica asegura que este es sólo un episodio más de un caso que podría ser más largo, con más enfrentamientos que podrían asomarse en el futuro.