El viaje de Mayflower, el barco solar autónomo

Publicado el

El barco autónomo Mayflower navegará este año por el océano, sin tripulación, usando energía solar y eólica para lanzarlo a tiempo para el 400 aniversario del viaje de su homónimo.

Tiene paneles solares donde estaría la cubierta, y sensores en la parte trasera. Su viaje comenzará en septiembre, y saldrá desde Plymouth, una ciudad costera en el Canal de la Mancha. Su destino: el otro lado del Atlántico.

En lugar de llevar peregrinos con la intención de comenzar una nueva vida en el Nuevo Mundo, tal y como lo hizo el Mayflower hace 400 años, este barco será totalmente autónomo. El barco tiene un generador eléctrico de respaldo a bordo, aunque no hay planes para reabastecerlo en el mar si el respaldo del generador se seca.

El viaje, descrito en promare.org/mayflower/, durará 12 días, en lugar de los 60 días del viaje de 1620. El barco estará hecho de aluminio y materiales compuestos, medirá 15 metros y pesará 5 toneladas. Contendrá sensores para medir datos oceanográficos, climáticos y meteorológicos, todo en un diseño elegante que parece salido de una serie de TV de ciencia ficción.

Rachel Nicholls-Lee es la arquitecta naval que diseñó el barco. Aunque intentó no seguir ninguna regla, tuvo que hacerlo debido a que la Organización Internacional de Normalización tiene un conjunto de estándares para embarcaciones oceánicas de menos de 24 metros de longitud. En este caso, como el nuevo Mayflower no tiene gente dentro, establece algunos de sus propios estándares. Por ejemplo, el interior herméticamente impermeabilizado apenas tendrá espacio para que un humano pueda gatear y acceder a los servidores de su computadora.

mayflower

No habrá espacio para las personas, no es acogedor, solo hay un metro entre la línea de flotación y la parte superior del casco del barco. Encima del casco también habrá una «aleta de vela» que sobresale verticalmente para explotar la energía eólica para propulsión, mientras que una turbina vertical la explota para generar electricidad.

El desafío número 1 fue claro desde el principio: «¿Cómo lograr que un barco cruce el océano sin hundirse?». El gran problema no es la automatización, es la fiabilidad del mar. Gran parte del cruce del Atlántico tendrá que hacerse con comunicaciones satelitales irregulares en el mejor de los casos, por lo que habrá que confiar en la inexistencia de olas enormes capaces de destruir Titanics.

Los 8 a 10 miembros del equipo central ahora están adaptando el hardware y el software al problema de la navegación transatlántica.

Parece que todo está casi listo, ahora solo están ajustando los últimos detalles para el gran viaje que veremos este año.

Publicado en
Etiquetado
barcobarco solarocéanoviaje

Comparte en: