Una tecnología nos dice si el pescado que compramos es apto para consumo

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Para nadie es un secreto que la vida marina se está viendo seriamente afectada por la contaminación que hay en los mares y océanos. Muchas especies están siendo asfixiadas por minas de plástico, de hecho hay vídeos en donde los peces tienen basura dentro de ellos o en sus orificios. Hay personas que están aterradas por este suceso y se ponen quisquillosos a la hora de comprar pescados en el súper, porque no saben si es apto para el consumo.

Hay aplicaciones para pescadores, pero aun no habíamos encontrado una tecnología que nos dijera con exactitud si nuestro pescado está bueno o malo. Nos sentimos vulnerables, ya que el pescado es una comida básica para el ser humano. Hace un año hicieron una encuesta entre compradores europeos y confirmaron que los humanos se rigen por la calidad del alimento por encima del precio. En otras palabras, los compradores se preocupan más por consumir alimentos seguros sin importan cuanto despilfarren.

Así podemos saber la historia del pescado

La nueva tecnología que presentamos está cerrando una brecha de información muy importante, ya que les está devolviendo a los consumidores el poder del conocimiento acerca del producto. Todos los peces son catalogados en el largo camino desde su extracción hasta que llegan a la tienda para ser consumidos. Para ser más específicos: verán la foto original del producto, el lugar de la captura, el peso que tenía inicialmente, el tipo de especie, detalles del barco que lo extrajo y la tripulación, además tendremos detalles sobre el agua al momento de la captura.

Los alimentos que se venderán en este sistema estarán más detallados que la mayoría de los productos. Los primeros pescados que serán rastreados desde el océano hasta el punto de venta llegaran a los supermercados de la Union Europea y Nueva Zelanda este mismo año. Alfred Cook (gerente del programa World Wildlife Foundation) adelantó que el programa comenzó a funcionar en el 2017 para ver la receptividad de las personas. Por otra parte debido a la transparencia del sistema, evitaremos que lleguen a nuestra mesa peces capturados ilegalmente.

De esta forma el sistema nos dará la información necesaria para saber que no estamos comprando un pescado lleno de plástico y contaminación. Gracias a la geolocalizacion se mostrará el lugar exacto de la captura, certificaciones de inspección y controles de calidad.

Entre los obstáculos tendremos el hecho de que muchas empresas se negarán rotundamente a transmitir detalles, ya que la competencia se beneficiaria de ello.

La tecnología ya está puesta en marcha pero no ha madurado y no está activamente en todos los países. No obstante, en un mundo donde los océanos y mares están cada vez contaminados, estas tecnologías podrían convertirse en un requisito obligatorio para vender cualquier producto marino.

Su nombre: Blockchain, por supuesto. Podéis ver más detalles en este enlace.