Conciliación vida laboral y personal… aún recordamos los viejos conceptos, reminiscencias de una época en la que hablábamos de “estado del bienestar”. Que lejano y antiguo suena el concepto en la era del mundo digital, en el momento en el que las personas abandonan sus oficinas y se “enganchan” a sus dispositivos móviles, desde los cuales construyen su reputación, su negocio y, su nueva forma de vida.
De ellos hablamos, de nosotros, de todos los que cada día nos conectamos al universo en red y sentimos ese cosquilleo que provoca la pasión cuando está presente en lo que hacemos. Hablamos de los nuevos trabajadores, de los seres humanos que construyen con sus talentos el nuevo modelo productivo. Conozcamos sus características…
La oficina, cualquier lugar del mundo. Hoy, no es necesario más que un terminal y una conexión a Internet, para realizar cualquier actividad inherente a un negocio. Ello, no sólo optimiza los costes para los estados, sino que además, es la única fórmula eficiente para innovar y generar recursos altamente demandados.
El tiempo, ese gran desconocido. Para los profesionales 2.0 el tiempo es un concepto abstracto. Si bien es cierto que ser dueño de un negocio propio y hacer de la red tu nueva oficina, no es una labor sencilla ni delimitada por las horas o los días festivos, es también una realidad que el nuevo profesional, el emprendedor actual se caracteriza por ser “dueño” de sus tiempos, lo que le aporta un grado de bienestar adicional, para compensar el esfuerzo, seguramente.
Las necesidades, también subjetivas. No se vosotros pero yo, que acabo de cumplir los “cuarenta” si miro para atrás y me sitúo en mi ciclo de oficina y sistema tradicional, encuentro una gran cantidad de necesidades que hoy, cuatro años después de comenzar mi emprendimiento, han desaparecido. El profesional 2.0, el nuevo trabajador social, se caracteriza por lograr el desprendimiento de aquello que es ineficiente.
La presencia, siempre un aliado. Si tomamos como ejemplo las enseñanzas que nos brinda a diario el social media, no podemos dejar de pensar que buscamos el impacto en las emociones ajenas. Si ahora lo trasladamos a la vida personal y pensamos en una forma que nos permita estar presentes en las vidas de nuestras familias, no es menor que el equilibrio es mucho más justo que pasando 12 horas fuera de casa 3 de ellas en un atasco y con la creatividad totalmente anestesiada.
Formando nuevas generaciones. Una de las razones por las que las mujeres salen siempre destacadas en las encuestas de emprendimiento como proactivas, emprendedoras y exitosas, la encontramos en las bondades que, éste exigente modelo, nos entrega. Permitiéndonos estar presentes en todo el proceso educativo y de crecimiento de nuestros hijos, mostrándoles además, una nueva forma de vida posible. Lo que además nos permite aprender de ellos, iniciando un proceso de retroalimentación muy gratificante para la familia en su conjunto, (comunidad, finalmente).
Tanto haces tanto tienes… ¿se puede pedir más productividad? así es, qué duda cabe que si analizamos un modelo en el que los talentos de forma individual, construyen sus influencias y se unen a otros talentos para consolidar negocios y marcas, resulta obvio pensar que el nivel de productividad será mucho más elevado que en las estructuras tradicionales.
Trabajo en casa = calidad de vida. Sí, sí, sí, lo se… se que hay muchos detractores del trabajo online. Se que existen muchas personas que piensan que quienes trabajamos conectados a la red, nos terminamos aislando socialmente. Pero la realidad, al menos en primera persona como conocedora de ambos modelos, es que la calidad de vida en relación a tus hábitos saludables y el tiempo para realizarlos, alimentación, construcción de lazos familiares, etc…. es mucho más cálida analizada desde la perspectiva del trabajo desde el hogar.
Claro, también es una forma de vida que impide la planificación a largo plazo, al menos en sus fases iniciales, donde los recursos siempre son limitados. Una forma de vida en la que estás vinculado a las condiciones del mercado y donde, las distintas modificaciones que se van sucediendo nos obligan a reciclarnos, aprender y ser aún más eficientes e innovadores.
El nuevo modelo productivo requiere profesionales capaces de reinventarse cada día. Nuevas tecnologías emprendimiento, la fórmula perfecta del crecimiento.