Estudiar no es solo sentarse horas frente a los apuntes. Es más como preparar una receta: no basta con tener los ingredientes, hace falta saber cómo mezclarlos, en qué orden y con qué herramientas. Y en el caso del estudio, los «ingredientes» son tu tiempo, tu concentración y tu energía. La buena noticia es que existen técnicas de productividad personal que te ayudan a sacar el máximo provecho de todo eso.
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