¿Te has fijado alguna vez en esos árboles enormes que hay en los parques? Esos que absorben el ruido, te dan sombra en verano y purifican el aire mientras tú ni te enteras. Pues imagina que pudiéramos meter todo eso en un edificio. Sí, como lo lees: arquitectura que respira, que genera oxígeno y que funciona exactamente como lo haría un bosque, pero de forma vertical. Esto ya no es ciencia ficción, es una realidad que está cambiando nuestras ciudades.
Yo creo que todos hemos sentido alguna vez esa sensación agobiante de caminar por una ciudad grande, con el calor reflejándose en el cristal de los edificios, el smog flotando en el ambiente y ese ruido constante que no te deja ni pensar. Las ciudades modernas se han convertido en lo que algunos arquitectos llaman «ciudades minerales«: estructuras de hormigón, acero y vidrio que más bien parecen creadas para repeler cualquier rastro de vida natural. Continúa leyendo «Edificios que generan oxígeno: cuando la arquitectura funciona como un bosque urbano»