Lo que parecía una escena salida de un cuento de fantasía en los bosques del norte de Europa resultó tener una base científica muy real. Investigadores han descubierto que ciertos abetos noruegos, específicamente aquellos cercanos a minas de oro, acumulan diminutas partículas del metal precioso en sus agujas. Este fenómeno, invisible a simple vista, ocurre gracias a una peculiar alianza entre los árboles y sus microbios internos, conocidos como endófitos.
Lejos de tratarse de una rareza sin valor práctico, este hallazgo podría tener implicaciones profundas para el futuro de la exploración minera sostenible. Las nanopartículas encontradas no pueden recolectarse con fines comerciales debido a su tamaño microscópico —son mil veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano—, pero lo que importa es el camino que recorren esas partículas desde el suelo hasta las ramas. Continúa leyendo «Árboles que detectan oro: el hallazgo de microbios que podrían transformar la exploración minera»