El avance de la inteligencia artificial ha generado grandes expectativas en el ámbito de la salud, especialmente en el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, una reciente investigación ha revelado que algunos modelos de IA experimentan dificultades al enfrentarse a pruebas diseñadas para detectar el Alzhéimer y la demencia.
La prueba MoCA y los resultados inesperados
Un equipo de científicos sometió a modelos de lenguaje como ChatGPT, Gemini y Sonnet a la prueba Montreal Cognitive Assessment (MoCA), una evaluación utilizada por neurólogos para detectar signos de deterioro cognitivo. Los resultados fueron sorprendentes: mientras que algunas versiones avanzadas alcanzaron puntuaciones satisfactorias, otras, especialmente las más antiguas, obtuvieron calificaciones preocupantemente bajas.
Los investigadores identificaron que la IA tuvo un rendimiento deficiente en tareas de memoria, razonamiento espacial y ejecución de comandos específicos. En particular, pruebas como la representación gráfica de un reloj con una hora concreta o la memorización de una lista de palabras resultaron ser especialmente problemáticas para los modelos más desactualizados.
¿La IA pierde eficacia con el tiempo?
Aunque la capacidad de procesamiento del lenguaje y reconocimiento verbal se mantuvo como uno de los puntos fuertes de estos sistemas, la investigación concluyó que «estos hallazgos desafían la suposición de que la IA reemplazará a los médicos humanos, ya que el deterioro cognitivo evidente afecta su confiabilidad para formular diagnósticos».
Uno de los aspectos más llamativos del estudio fue la diferencia de resultados entre versiones recientes y antiguas. Mientras que ChatGPT-4 logró una puntuación de 26 sobre 30, superando el umbral necesario para no presentar deterioro cognitivo, otros modelos como Gemini 1.0 solo alcanzaron 16 puntos.
Implicaciones y desafíos futuros
Este estudio pone en duda la capacidad de la IA para diagnosticar enfermedades neurodegenerativas sin supervisión médica. Además, sugiere que la evolución de estos modelos no solo debe centrarse en mejorar la generación de texto, sino en el desarrollo de habilidades cognitivas más profundas y fiables.
Desde WWWhatsnew, creemos que estos hallazgos refuerzan la importancia de la colaboración entre la inteligencia artificial y los profesionales de la salud. La IA puede ser una herramienta poderosa en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades, pero su uso debe ser regulado y supervisado para garantizar la precisión y evitar sesgos en los resultados.