Hace tiempo que los drones se convirtieron en parte de nuestra vida cotidiana, ¿verdad? Ya sea para grabar un vídeo espectacular desde el aire o para usos más industriales, es difícil imaginar que estos pequeños dispositivos voladores no estuvieran por todos lados. Sin embargo, cuando se trata de marcas, es casi imposible no pensar en DJI, que se ha posicionado como el gigante indiscutido en este campo. Pero en los últimos años, DJI se ha encontrado en medio de una tormenta, y no precisamente por cuestiones tecnológicas, sino por temas legales y políticos bastante serios. Ahora, la compañía está en pie de guerra contra el Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD), y todo tiene que ver con una etiqueta nada agradable: «Empresa militar china».
¿Qué ha pasado exactamente?
Imagina que tienes una empresa líder en su sector, todo va bien, y de repente, te dicen que estás vinculado al ejército de un gobierno extranjero. Eso fue lo que le ocurrió a DJI en 2022, cuando el DoD la incluyó en una lista de empresas militares chinas. Esto, obviamente, no es solo un problema de imagen; las consecuencias han sido devastadoras para la compañía. Según DJI, desde que fueron etiquetados de esa manera, han perdido contratos importantes, tanto con el sector privado como con entidades gubernamentales, y muchos de sus empleados han sido víctimas de acoso. Vamos, imagina ir por la calle y que te apunten con el dedo porque trabajas para «la empresa que espía para el gobierno chino». No pinta bien, ¿verdad?
La respuesta de DJI
¿Qué harías tú si te etiquetan de esa manera sin pruebas claras? DJI no se quedó de brazos cruzados y, como era de esperar, presentó una demanda para limpiar su nombre. La empresa afirma que no tiene vínculos con el ejército chino y que el DoD nunca les dio una explicación clara de por qué fueron incluidos en esa lista. Solo cuando DJI amenazó con llevar el asunto a los tribunales, el DoD se apresuró a darles una respuesta… pero, según DJI, esa respuesta estaba llena de errores. ¿Te suena eso a una de esas situaciones en las que alguien te acusa sin pruebas sólidas? Eso es exactamente lo que DJI está argumentando.
Un historial complicado
Lo cierto es que este no es el primer enfrentamiento entre Estados Unidos y DJI. Desde 2017, ya había habido señales de que la cosa no iba por buen camino. El ejército estadounidense recomendó a sus tropas dejar de usar los drones de DJI, y dos años más tarde, el Departamento del Interior de EE. UU. suspendió su flota de drones DJI por posibles riesgos de espionaje. Pero la verdadera bomba llegó en 2020, cuando el Departamento de Comercio añadió a DJI a la famosa «Entity List», impidiendo que empresas estadounidenses vendieran tecnología a la marca. Esto se basaba en acusaciones de que DJI había facilitado la vigilancia masiva y la represión en China, específicamente en la región de Xinjiang, donde se han documentado abusos de los derechos humanos contra los uigures.
Pero… ¿de verdad DJI está metido en todo eso?
Según DJI, nada más lejos de la realidad. Ellos afirman que no tienen nada que ver con el tratamiento de los uigures en Xinjiang, y que sus drones se venden para todo tipo de usos, muchos de ellos completamente ajenos a lo que haga el comprador final con ellos. Y ojo, no es que lo digan solo ellos. La empresa señala que ha sido auditada por consultoras y agencias gubernamentales (incluido el mismo DoD) y que no se encontraron problemas de seguridad en sus productos.
Aquí es donde entra en juego la narrativa de DJI. En su demanda, admiten que dos fondos de inversión estatales chinos tenían pequeñas participaciones en la compañía, pero aseguran que esos fondos no tienen ningún control sobre la empresa. En otras palabras, DJI está tratando de desmarcarse lo máximo posible del gobierno chino para evitar que las acusaciones sigan dañando su reputación y sus negocios en Estados Unidos.
El futuro de DJI en EE. UU.: ¿Qué nos espera?
Si bien DJI está luchando por limpiar su nombre, el futuro de sus operaciones en Estados Unidos es incierto. Hay proyectos de ley en el Congreso que buscan prohibir por completo la importación de nuevos drones DJI, aunque de momento, la propuesta está en pausa. Curiosamente, esta prohibición no afectaría a los drones ya comprados, por lo que los consumidores y pilotos seguirían usándolos sin problemas.
Aquí es donde entra una reflexión interesante: ¿realmente el riesgo de seguridad es tan grande como se pinta, o estamos ante un caso de proteccionismo disfrazado? Es difícil de saber con certeza, pero lo que está claro es que, mientras las tensiones entre EE. UU. y China sigan escalando, empresas como DJI van a quedar atrapadas en medio de la batalla.
Por cierto, si te interesa este tipo de temas sobre tecnología, privacidad y las tensiones entre gobiernos y empresas tecnológicas, en WWWhat’s new hemos cubierto temas relacionados con la privacidad y la ciberseguridad en numerosas ocasiones. Es fascinante ver cómo la tecnología avanza y, al mismo tiempo, se enfrenta a barreras políticas y legales que afectan su desarrollo global.
Así que, mientras esperamos a ver cómo termina esta novela, vale la pena preguntarse: ¿qué tanto influye la política en la tecnología que usamos todos los días?