La científica informática Aniket Bera, quien es profesor asociado de informática en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Purdue, Estados Unidos, está llevando a cabo investigaciones para mejorar la vida humana a través del uso de la inteligencia artificial.
Su trabajo se especializa en el campo de la computación afectiva, el cual consiste en programar programas de IA para comprender mejor el comportamiento y las emociones humanas mediante el uso del aprendizaje automático y otros métodos informáticos.
Robots más conectados con la comunicación humana
Aunque los dispositivos de IA son excelentes para ayudar con ciertas tareas mundanas, son limitados cuando se trata de abordar la comunicación humana. Los ordenadores suelen prestar atención sólo al contenido y no al contexto, lo que hace que no puedan captar completamente la intención detrás del mensaje. Para solucionar esto, Bera está utilizando su experiencia en aprendizaje automático para programar dispositivos que puedan incorporar una comprensión de las señales y la comunicación no verbal, lo que permitiría una comunicación más apropiada e incluso emotiva con las personas.
“El objetivo de mi investigación es utilizar la IA para mejorar la vida humana”, dijo Bera. “Los seres humanos, el comportamiento humano y las emociones humanas están en el centro de todo lo que hago”, agregó.
Para lograr esto, Bera y su equipo están trabajando en un enfoque multisensorial que involucra observar y analizar diversas señales no verbales, como expresiones faciales, lenguaje corporal, patrones del habla y entonaciones. El objetivo es entrenar a la IA para que responda de manera más efectiva a los humanos. Además, Bera ve el potencial de la IA para cerrar la brecha en la escasez de profesionales de la salud mental, ya que los programas de terapia basados en IA podrían evaluar la salud mental y emocional de las personas, orientarlas hacia los recursos adecuados y sugerir estrategias iniciales para ayudar.
Bera también destaca la importancia de la IA en la navegación de entornos emocionales. Mientras que los coches autónomos pueden interpretar los marcadores pintados en el pavimento, no pueden identificar a los peatones humanos y evaluar lo que podrían hacer en función de su movimiento. Los robots deben ser capaces de comprender las señales no verbales y posturas humanas para evitar colisiones y prevenir accidentes.
En otras palabras, la investigación de Bera tiene como objetivo maximizar la capacidad de la IA para interactuar con los humanos y mejorar la calidad de vida de las personas en varios aspectos de la vida.
Aniket Bera y su equipo también trabajan en el campo de la robótica, desarrollando robots asistentes que puedan interactuar y entender mejor las emociones y el comportamiento humano. Por ejemplo, los robots asistentes para personas mayores o discapacitadas deben ser capaces de comprender y responder a las necesidades de sus usuarios de manera eficaz y empática.
En este sentido, los robots pueden ser programados para aprender los patrones de comportamiento y comunicación de sus usuarios, de modo que puedan anticipar sus necesidades y ofrecer apoyo emocional y físico. Por ejemplo, un robot asistente podría ser programado para recordar a una persona mayor que tome sus medicamentos, para ayudar a una persona discapacitada a realizar tareas diarias como vestirse o preparar comida, o simplemente para mantener conversaciones informales que brinden compañía y apoyo emocional.
Además de la atención médica y la robótica, Aniket Bera también trabaja en el campo de la inteligencia artificial aplicada a la creación de modelos y gráficos por computadora. Su equipo de investigación está trabajando en la creación de modelos 3D y en la optimización del proceso de animación, lo que puede ser útil en una variedad de campos, desde la creación de videojuegos y películas hasta la arquitectura y el diseño de productos.