¿Es el 5G peligroso?

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El 5G es uno de los grandes temas tecnológicos del presente. Su implementación, aún en curso, ha generado un acalorado debate casi en cualquier aspecto alusivo a sus prestaciones e implicancias.

Recientemente, una publicación de la Fàbrica del Sol, un equipamiento municipal que promueve iniciativas medioambientales del Ayuntamiento de Barcelona –la cual posteriormente fue eliminada– señalaba que “el 5G no es inocuo”, proporcionando una serie de fuentes y antecedentes que buscaban corroborar aquella tesis, invitando también a sumarse al movimiento Stop 5G y a reducir la exposición a las redes inalámbricas que abastecen de conexión a nuestros múltiples dispositivos de uso diario.

Captura de la publicación que encendió la polémica

Antes de ahondar en el caso, respondiendo a la pregunta planteada al inicio de este artículo, aclaramos que el 5G no trae consigo los peligros que advertía la desaparecida publicación.

Aunque el artículo de la polémica referenciaba datos de la Organización Mundial de la Salud publicados en 2011, respaldados por el apoyo de la Dra. M. Carmen Ruíz Martín, experta en medicina ambiental, todo apunta a que esta información fue manipulada tendenciosamente, porque hay datos más actualizados de la misma OMS, publicados en 2014, que aportan una visión opuesta.

Este último informe de la OMS señala que se han realizado una gran cantidad de estudios en las últimas dos décadas para evaluar si los teléfonos móviles representan un riesgo potencial para la salud. Hasta la fecha, no se han establecido efectos adversos para la salud como causados ​​por el uso del teléfono móvil.

Respecto a los efectos a corto plazo generados por la exposición a estas emisiones, el reporte señala que respecto a las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, la mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales, lo que resulta en un aumento insignificante de la temperatura en el cerebro o en cualquier otro órgano del cuerpo.

El informe también referencia estudios realizados en torno a los efectos de los campos de radiofrecuencia en la actividad eléctrica del cerebro, la función cognitiva, el sueño, la frecuencia cardíaca y la presión arterial en voluntario; concluyendo que hasta la fecha, los resultados no sugieren evidencia alguna consistente de efectos adversos para la salud. Además, la investigación no ha podido proporcionar apoyo para una relación causal entre la exposición a campos electromagnéticos y los síntomas comúnmente asociados a la  «hipersensibilidad electromagnética».

En cuanto a los efectos a largo plazo, la OMS señala que los resultados de los estudios realizados hasta la fecha en animales muestran constantemente que no existe un mayor riesgo de cáncer para la exposición a largo plazo a los campos de radiofrecuencia.

Otro temor común es el potencial riesgo de generar tumores cerebrales, a causa del uso cada vez mayor de teléfonos móviles. Ante el incremento de la popularidad del uso de estos dispostivos y, por lo tanto, de la exposición a estas emisiones electromagnéticas, la OMS ha promovido más investigaciones sobre este tema. Varios estudios que investigan los posibles efectos sobre la salud en niños y adolescentes están en marcha, sin conclusiones adversas por el momento.

Retomando la polémica, en conversación con La Vanguardia, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, manifestó que la capital catalana aspira a “ser una ciudad líder en el ámbito de las nuevas tecnologías”.

“Estamos trabajando desde hace años con acontecimientos como el Mobile World Congress y el Smart City Expo World Congress para que Barcelona sea una capital digital mundial, vengan empresas punteras que creen lugares de trabajo de calidad, que creen ocupación y actividad económica en la ciudad y para eso también hay que tener infraestructuras digitales de primer orden y que sean líderes como el 5G”, agregó Collboni.

Como has podido leer, hay evidencia científica que desacredita la publicación originalmente publicada por el Ayuntamiento de Barcelona. Las emisiones electromagnéticas no son inocuas únicamente si no se respetan las recomendaciones de seguridad establecidas, pero para eso existen regulaciones que rigen sobre todos los dispositivos inalámbricos que nos rodean desde los últimos años, con el fin de garantizar la salud de sus usuarios. El 5G en sí, desde este punto de vista, no constituye un peligro.

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