Es curioso como en cualquier sector tradicional cada vez que alguien cambia las normas del juego se forme tanto revuelo. En el sector inmobiliario ha llegado a tal punto de descaro, que ni ocultan los grandes beneficios que son capaces de generar, con la compraventa de una propiedad… y te regalamos un iPhone X.
El darwinismo social es inevitable y solamente los que sean capaces de adaptarse y ver nuevas líneas de negocio serán los que sobrevivan. Estamos viviendo una nueva revolución industrial y esta tiene el nombre de tokenización.
Tokenizar en sí mismo es una unidad de valor, es la representación de un objeto en el mundo digital, así pues, tokenizar una propiedad abre infinidad de posibilidades, solamente tenemos que cambiar la manera de pensar.
Imaginemos por un momento que en el Wallet donde acumulas criptomoneda no solamente tuvieras dinero, sino que también tuvieses bienes. Tu propiedad estaría en el mundo digital y sería programable.
Podríamos ceder nuestra propiedad por un plazo de tiempo, vendarla, ejecutar contratos sobre ella o incluso hacer crowfunding. Tendríamos un historial de propiedad, donde podríamos consultar todo tipo de información y acabaríamos con el fraude.
Se abrirá un nuevo mercado internacional donde cualquier persona de cualquier país tendrá la certeza de que dicha propiedad es real y podrá alquilar o comprar asegurando así su inversión.
Actualmente estamos en transición y hay grandes retos que superar tanto legislativos como técnicos. Actualmente las plataformas Blockchain más importantes, como Bitcoin o Etherum, solo son capaces de realizar entre 3 o 6 transacciones por segundo, este volumen es insuficiente para el internet de las cosas.
Se espera que en las próximas actualizaciones Etherum sea capaz de procesar 1 millón de transacciones por segundo, aunque hay protocolos como Lightning Network que justamente lo que pretenden es resolver algunas de las limitaciones técnicas que puedan presentarse en la actualidad, acelerando la Blockchain y hacerla más escalable.
Hay que tener en cuenta que para tokenizar es necesario que la operación sea validada por los mineros, y a dichos mineros hay que recompensarles de alguna forma, así que supone un gasto por cada contrato emitido. Este puede llegar a ser un gran problema, debido a que el precio de emisión puede fluctuar.
Tanto el número de transacciones como el precio que hay que pagar por cada contrato emitido, están surgiendo Blockchain privadas, donde se pretende justamente es tener un gran volumen de transacciones por segundo con un bajo coste de emisión como es en el caso de Alastri.
Solo es cuestión de tiempo y, por el ritmo en el que se está sembrando, dentro de poco podremos cosechar.
Escrito por Jordi Pascual, IT developer de Housfy