Estados Unidos autoriza a Nvidia a exportar chips H200 a China pese a presiones del Congreso

Publicado el

nvidia_chip_art

Estados Unidos ha dado un paso controvertido en su política comercial al permitir que Nvidia exporte sus potentes chips H200 a clientes aprobados en China, una decisión que marca un giro respecto a las restricciones anteriores impuestas a las tecnológicas del país. Esta autorización, anunciada tras semanas de incertidumbre, ha generado reacciones encontradas en el ámbito político y comercial, sobre todo por el trasfondo geopolítico que envuelve la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos.

Chips avanzados bajo condición de antigüedad

Los H200 representan una generación muy superior a los chips H20, diseñados por Nvidia específicamente para el mercado chino con capacidades limitadas para cumplir con los controles de exportación. Sin embargo, la luz verde del Departamento de Comercio viene con una condición técnica significativa: solo podrán enviarse versiones de los H200 con al menos 18 meses de antigüedad, lo que mitiga parcialmente los temores sobre el posible uso de esta tecnología en aplicaciones sensibles o militares.

Aun con esta limitación, estos chips siguen siendo significativamente más potentes que muchas de las soluciones locales disponibles en China, y podrían representar una ventaja considerable para las empresas chinas que busquen mejorar sus capacidades de inteligencia artificial.

Un equilibrio entre comercio y seguridad nacional

Esta decisión surge luego de que el Secretario de Comercio Howard Lutnick declarara que la decisión final estaba en manos del presidente Donald Trump. Finalmente, la administración optó por permitir la exportación a clientes chinos aprobados, aunque con una condición económica: el 25% de los ingresos generados por estas ventas irá directamente al gobierno estadounidense, según informó CNBC.

Desde Nvidia, la respuesta fue positiva. La compañía aplaudió la decisión presidencial, calificándola como una medida que protege el empleo y la capacidad de fabricación en suelo estadounidense. La postura oficial destaca que se trata de un «equilibrio inteligente» entre los intereses comerciales y los controles de seguridad.

Presiones del Congreso y el proyecto SAFE Chips Act

El permiso para exportar estos chips no ha sido bien recibido en el Congreso. De hecho, solo unos días antes del anuncio, los senadores Pete Ricketts (republicano) y Chris Coons (demócrata) presentaron el proyecto de ley SAFE Chips Act, que busca prohibir durante 30 meses cualquier exportación de chips de IA avanzados a China. Esta iniciativa refleja la preocupación bipartidista por el impacto que estos componentes podrían tener en la seguridad nacional si se utilizan en entornos sensibles o en aplicaciones militares chinas.

La decisión del Ejecutivo, sin embargo, contradice esta postura, evidenciando una tensión cada vez más marcada entre el gobierno y el poder legislativo respecto a la estrategia hacia China.

Un mercado en tensión: la respuesta de China

Las relaciones entre Nvidia y el mercado chino han sido todo menos estables en los últimos meses. En septiembre, la Administración del Ciberespacio de China prohibió a las empresas locales adquirir chips de Nvidia, obligando a muchos actores del sector a depender de alternativas locales como las de Huawei y Alibaba, que todavía no alcanzan el mismo nivel de rendimiento que los chips estadounidenses.

La decisión de permitir nuevamente las exportaciones de los H200 parece haber sido bien recibida por el gobierno chino. El propio Donald Trump mencionó en su red Truth Social que el presidente Xi Jinping respondió positivamente a la noticia, lo que sugiere que este movimiento podría suavizar las tensiones comerciales entre ambos países, al menos de forma temporal.

Estrategia económica y diplomacia tecnológica

La exportación de chips de alta gama se ha convertido en una herramienta de negociación en la diplomacia entre Washington y Pekín. Durante el verano, el gobierno estadounidense había dado señales de permitir envíos de chips a China siempre que el Estado se quedara con un 15% de los ingresos, un modelo que ahora se ha elevado al 25% con los H200. Este mecanismo convierte los chips en un recurso estratégico que va más allá de lo tecnológico: son una ficha en el ajedrez del comercio internacional.

El uso de restricciones, permisos selectivos y condiciones fiscales en este sector apunta a una nueva forma de política industrial, donde la innovación tecnológica se entrelaza con los intereses diplomáticos y de seguridad nacional. No se trata solo de vender chips, sino de controlar cuándo, a quién y bajo qué condiciones se permite ese acceso.

Las implicaciones para Nvidia y la industria global

Para Nvidia, esta decisión representa un respiro en un contexto cada vez más restrictivo. Aunque los chips H200 autorizados no son los más recientes, la posibilidad de reactivar ventas en el enorme mercado chino podría ayudar a compensar la pérdida de ingresos provocada por las prohibiciones previas.

A nivel global, el caso también envía un mensaje a otras tecnológicas: la política de exportaciones de Estados Unidos es cada vez más fluida y negociable, sujeta a cambios que dependen tanto de la coyuntura política interna como de las relaciones internacionales. Esto genera un escenario de incertidumbre que obliga a las empresas a ser más cautelosas y adaptables.