Arabia Saudita da un nuevo paso en su carrera por posicionarse como un referente en inteligencia artificial (IA) al anunciar una colaboración con Nvidia, el gigante estadounidense de semiconductores. La compañía enviará 18.000 chips Blackwell GB300 al país árabe, en un acuerdo con la startup Humain, respaldada por el fondo soberano saudí. El objetivo es ambicioso: construir un centro de datos de 500 megavatios que sirva como base de operaciones para el desarrollo de aplicaciones avanzadas de IA.
¿Qué implica este acuerdo?
La noticia se dio a conocer durante el Foro de Inversión Arabia Saudita-EE.UU. celebrado en Riad. Se enmarca dentro de una visita oficial de la Casa Blanca a Medio Oriente, que incluye también a Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Esta colaboración no es simplemente una venta tecnológica, sino una inversión estratégica en infraestructura digital con impacto nacional e internacional.
Jensen Huang, fundador y CEO de Nvidia, lo explicó con una metáfora poderosa: «La IA es como la electricidad o el internet: infraestructura esencial para cualquier nación«. Su visión, compartida con los líderes saudíes, busca sentar las bases para que empresas y ciudadanos de Arabia Saudita aprovechen al máximo las posibilidades de la inteligencia artificial.
¿Qué son los chips Blackwell y por qué son importantes?
Los GB300 Blackwell representan la joya de la corona de Nvidia en 2025. Fueron presentados oficialmente a principios de este año como la nueva generación de chips diseñados específicamente para tareas de inteligencia artificial generativa, como modelos de lenguaje de gran escala (LLMs), visión por computadora, simulaciones científicas y más.
Estos chips destacan por su eficiencia energética y su capacidad para procesar enormes volúmenes de datos en paralelo. Usar estos componentes en un centro de datos de 500 MW equivale a poner el motor más potente y eficiente del mercado en una infraestructura que aún se está construyendo. Así como no se construye un estadio sin pensar en la iluminación, refrigeración y seguridad, no se puede levantar una infraestructura de IA sin chips de alta gama.
Humain: la pieza local del engranaje
Detrás del despliegue tecnológico está Humain, una startup saudí impulsada por el Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés). Esta empresa actúa como intermediaria tecnológica y también como motor local de innovación. Su papel es clave para garantizar que la transferencia de tecnología no sea unidireccional.
Humain tiene la misión de desarrollar talento local, fomentar la investigación aplicada y adaptar las herramientas de IA a las necesidades específicas de la región. La presencia de Nvidia y la llegada de sus chips podrían generar un efecto dominó en el ecosistema de startups saudíes, estimulando la creación de nuevas empresas y soluciones basadas en IA.
Arabia Saudita y su apuesta por la IA
El acuerdo se alinea con la Visión 2030, el plan estratégico del país para diversificar su economía y reducir su dependencia del petróleo. Uno de los pilares clave de este plan es la digitalización y el desarrollo de tecnologías avanzadas, entre las que la inteligencia artificial ocupa un lugar prioritario.
Este movimiento también responde a la carrera global por el liderazgo en IA. Mientras Estados Unidos y China concentran la mayoría de los centros de datos y la infraestructura de entrenamiento de modelos, países como Arabia Saudita quieren asegurarse un asiento en la mesa de decisiones tecnológicas del futuro. La inversión en centros de datos con chips de Nvidia es una manera concreta de ganar influencia.
Implicaciones geopolíticas
Más allá de la tecnología, este anuncio tiene una lectura geopolítica. Estados Unidos, a través de Nvidia, refuerza su presencia en Medio Oriente mediante una relación comercial de alto valor estratégico. A la vez, Arabia Saudita se proyecta como un actor relevante en el mapa digital global, buscando autonomía tecnológica sin romper lazos con Occidente.
En este tablero, los chips de IA son las nuevas fuentes de poder. Tener acceso a ellos implica tener la capacidad de entrenar modelos propios, procesar información a gran escala y ofrecer servicios avanzados. No es solo cuestión de innovación, sino también de soberanía tecnológica.
¿Qué podemos esperar a corto y medio plazo?
Con la llegada de los chips y la puesta en marcha del centro de datos, es probable que veamos una aceleración de iniciativas locales en educación, salud, energía e industria apoyadas por IA. También podríamos asistir al nacimiento de plataformas regionales de IA que compitan con las grandes empresas globales, pero adaptadas a la cultura, el idioma y las necesidades del mundo árabe.
Además, este proyecto podría sentar las bases para que Arabia Saudita se convierta en un hub de IA para el resto del Golfo y África del Norte, atrayendo inversión extranjera y talento internacional.
