Meta ha decidido tomar cartas en el asunto frente a una problemática que desde hace años empaña la experiencia de los usuarios en Facebook: el contenido spam. Con una serie de medidas que buscan mejorar la calidad de los contenidos que se muestran en el feed, la red social apunta a recuperar su esencia original, la de ser un espacio para compartir publicaciones auténticas entre amigos.
Un paso hacia el «Facebook original»
Mark Zuckerberg ha dejado claro su deseo de devolver a Facebook esa sensación de comunidad cercana que tenía en sus inicios. Y para lograrlo, Meta está enfocando esfuerzos en combatir aquellas prácticas que llenan los muros de publicaciones vacías, sensacionalistas o fuera de contexto.
El nuevo enfoque incluye reducir el alcance de las cuentas que comparten contenido considerado como spam, así como inhabilitar su monetización. Esto significa que los usuarios que incurran en este tipo de prácticas no solo verán menos interacciones en sus publicaciones, sino que tampoco podrán generar ingresos con ellas.
¿Qué se considera contenido spam?
Meta señala una serie de comportamientos que ahora serán penalizados. Por ejemplo, las publicaciones con títulos extremadamente largos o saturadas de hashtags irrelevantes, o aquellas en las que el texto del post no guarda relación con el contenido visual. Imagina ver una foto de un cachorro con una descripción sobre «curiosidades de los aviones»: ese tipo de desconexión es justamente lo que Facebook quiere erradicar.
El problema va más allá de lo estético. Estas prácticas buscan manipular el algoritmo de la plataforma para obtener más visualizaciones o ingresos, lo que distorsiona el funcionamiento natural del feed y termina desplazando a los creadores de contenido original.
Redes de spam: foco de atención
Otro frente que Meta está atacando con fuerza es el de las redes organizadas de cuentas falsas. Estas crean cientos de perfiles para replicar contenido spam y aumentar artificialmente su alcance. A partir de ahora, este tipo de cuentas también serán excluidas de cualquier posibilidad de monetización.
Esta decisión también responde a una creciente preocupación por lo que se conoce como «AI slop», un término que hace referencia a contenido generado por inteligencia artificial de forma masiva y sin supervisión. Aunque Facebook no apunta directamente a este fenómeno en su nueva política, aclara que las cuentas que compartan este tipo de contenido y además incurran en comportamientos spam verán reducido su alcance.
Limpieza también en los comentarios
El cambio no solo se aplicará a las publicaciones. Facebook también limitará la visibilidad de los comentarios que detecte como falsos o irrelevantes, y comenzará a probar una función para que los usuarios puedan señalar comentarios que no aportan al contexto de una conversación.
Esto incluye la actualización de las herramientas de gestión de comentarios. A partir de ahora, se podrán detectar y ocultar de forma automática los comentarios de personas que usen identidades falsas. Los creadores también podrán reportar perfiles que los estén suplantando.
El regreso de los amigos
Todas estas medidas se complementan con la introducción de una nueva pestaña «Amigos» dentro de la aplicación, que mostrará exclusivamente publicaciones de contactos personales, sin recomendaciones de páginas o cuentas externas.
Este gesto busca devolverle protagonismo a las relaciones personales dentro de la plataforma, algo que se había perdido en medio del auge de los creadores, los reels y los contenidos virales.
Un cambio necesario
El contenido spam no solo molesta, también degrada la calidad de la experiencia en redes sociales. Al abrir Facebook y encontrarse con publicaciones irrelevantes o engañosas, muchos usuarios pierden el interés por interactuar o compartir. Con estas nuevas medidas, la red social apunta a un entorno más sano, donde el contenido genuino tenga más visibilidad.
Estas acciones podrían representar un punto de inflexión para Meta, especialmente en un momento en que su relevancia cultural ha sido puesta en duda incluso por su propio fundador.
La clave estará en la ejecución: si el algoritmo logra identificar de forma precisa los comportamientos spam sin castigar injustamente a usuarios legítimos, Facebook podría recuperar parte del terreno perdido.