La computación cuántica es una de las tecnologías más prometedoras de la actualidad, con el potencial de resolver problemas que los ordenadores clásicos simplemente no pueden abordar. En esta carrera global, gigantes como Google e IBM lideran la investigación, pero en Europa, una startup está dispuesta a plantar cara. Se trata de IQM Quantum Computers, una empresa finlandesa-alemana que busca posicionarse como la alternativa europea en este sector estratégico.
La estrategia de IQM Quantum
IQM tiene un enfoque dual para consolidar su posición en la computación cuántica. Por un lado, diseña y fabrica ordenadores cuánticos completos, incluyendo sus propios chips superconductores. Por otro, ofrece acceso a su capacidad cuántica a través de la nube, permitiendo a empresas e instituciones alquilar tiempo de cálculo en sus sistemas. Esta estrategia le permite atender tanto a centros de investigación como a empresas que buscan explorar aplicaciones prácticas sin necesidad de adquirir hardware.
La competencia global y los retos
El mercado de la computación cuántica es ferozmente competitivo. Empresas como Google, IBM, Microsoft y startups como Pasqal y Oxford Quantum Circuits en Europa también están desarrollando sus propias soluciones. En diciembre, Google presentó su chip cuántico Willow con 105 qubits, mientras que Microsoft anunció un avance en técnicas de corrección de errores.
Uno de los mayores desafíos en esta industria es la estabilidad y el número de qubits. Actualmente, los ordenadores cuánticos tienen tasas de error elevadas, lo que limita su utilidad práctica. La solución pasa por desarrollar sistemas con más qubits y mejores métodos de mitigación de errores.
La tecnología de IQM: Radiance y Spark
IQM ha desarrollado dos modelos de ordenadores cuánticos:
- Radiance: Un sistema de 54 qubits, dirigido a centros de supercomputación, con un precio que puede alcanzar los 30 millones de euros. En 2025, lanzará una versión de 150 qubits, que planea vender a su primer cliente, el Centro Leibniz de Supercomputación, para finales de 2026.
- Spark: Un ordenador cuántico de 5 qubits, diseñado para universidades y laboratorios de investigación. Su precio puede llegar a 1 millón de euros y se utiliza para formar estudiantes y realizar experimentos. Un ejemplo reciente de cliente es el Instituto de Investigación en Semiconductores de Taiwán (TSRI).
Modelos de negocio y sostenibilidad económica
Uno de los grandes desafíos de las startups cuánticas es la rentabilidad. Dado que la tecnología aún está en desarrollo, encontrar modelos de negocio viables es crucial. IQM ha diversificado sus ingresos de varias formas:
- Venta de hardware: Comercializa ordenadores cuánticos para centros de investigación y supercomputación.
- Computación en la nube: Opera centros de datos cuánticos en Finlandia y Alemania, ofreciendo tiempo de cálculo bajo un modelo de pago por uso.
- Mantenimiento y soporte: Cobra entre un 10 y 20% del coste del equipo por mantenimiento, ya sea mediante un pago único o suscripción mensual.
- Formación: Ofrece capacitación a empresas para que puedan mantener sus propios sistemas cuánticos, una opción atractiva para sectores con altos requisitos de seguridad.
Hasta ahora, IQM ha vendido 13 ordenadores cuánticos en Europa y Asia, y está explorando su expansión en Estados Unidos. Su planta de fabricación en Espoo, Finlandia, tiene capacidad para producir 20 sistemas al año, aunque no descartan fabricar chips para otras empresas en el futuro.
Desafíos de financiamiento y talento
IQM ha recaudado 210 millones de dólares desde su fundación en 2018, con inversiones de la Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y fondos de riesgo. Sin embargo, enfrenta un reto común para las startups deeptech europeas: el acceso a capital en etapas avanzadas. Empresas en EE.UU., como PsiQuantum, han conseguido hasta 1.600 millones de dólares, lo que les da una ventaja financiera significativa.
Otro obstáculo es la escasez de talento cuántico. La computación cuántica requiere expertos altamente cualificados, y el sector aún es joven en Europa. Para abordar este problema, IQM colabora con universidades y tiene su propia academia online, donde forma a estudiantes y profesionales de otras industrias tecnológicas.
¿Puede IQM competir con Google e IBM?
El CEO de IQM, Jan Goetz, cree que la ventaja de la startup es su agilidad. Mientras Google ha tardado años en escalar de 50 a 100 qubits, IQM ha conseguido duplicar su capacidad en la mitad de tiempo. Esta rapidez en el desarrollo es clave para mantenerse competitivo frente a los gigantes del sector.
En WWWhatsnew.com consideramos que IQM representa una de las apuestas más sólidas para consolidar un ecosistema cuántico en Europa. Aunque todavía está lejos de la capacidad financiera de las grandes tecnológicas, su enfoque práctico y su crecimiento acelerado la convierten en una empresa a seguir de cerca en los próximos años.