La relación entre los perros y los humanos va más allá de la convivencia y el afecto. Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge ha revelado que la genética de la obesidad en los perros comparte similitudes significativas con la de los humanos, lo que podría proporcionar nuevas pistas sobre el manejo y la prevención de esta condición en ambas especies.
El gen DENND1B: un factor clave en la obesidad
Los investigadores identificaron varios genes vinculados a la obesidad canina, siendo el DENND1B el que muestra una relación más fuerte con el aumento de peso en los Labradores retriever. Lo más interesante es que este gen también está presente en los humanos y está relacionado con la obesidad en las personas.
El DENND1B afecta directamente una vía cerebral denominada leptina-melanocortina, encargada de regular el equilibrio energético del cuerpo. Es decir, influye en el hambre y el metabolismo, lo que explica por qué algunos individuos tienen una mayor predisposición a ganar peso.
Otros genes involucrados en la obesidad
Además del DENND1B, el estudio identificó cuatro genes adicionales relacionados con la obesidad canina que también tienen su equivalencia en los humanos. No obstante, estos genes controlan otros procesos biológicos esenciales, por lo que no son objetivos inmediatos para el desarrollo de medicamentos para la pérdida de peso.
Genética y comportamiento alimentario
Los perros con una alta predisposición genética a la obesidad también mostraron un mayor interés por la comida. Según el estudio, estos perros pedían comida con mayor frecuencia y eran menos selectivos con los alimentos. Este mismo patrón se ha observado en humanos con alto riesgo genético de obesidad.
Factores ambientales y control del peso
Un hallazgo crucial de la investigación es que la genética no es un destino inevitable. Los dueños que controlaban estrictamente la dieta y el ejercicio de sus perros lograban prevenir el sobrepeso, incluso en aquellos con una fuerte predisposición genética.
Esto también se aplica a los humanos: aunque algunos tienen una mayor facilidad para ganar peso, el seguimiento de una alimentación balanceada y una actividad física adecuada puede evitar la obesidad.
Perros como modelo de estudio para la obesidad humana
El paralelismo entre la obesidad en perros y humanos hace que los caninos sean un modelo valioso para la investigación. A diferencia de los humanos, en quienes el control de la dieta y el ejercicio es autogestionado, los perros dependen de sus dueños, lo que permite estudiar cómo la genética y el entorno interactúan de manera controlada.
Consejos para mantener el peso saludable de los perros
Los expertos recomiendan diversas estrategias para evitar la obesidad en los perros, especialmente en aquellos con predisposición genética:
- Dividir la comida en porciones más pequeñas a lo largo del día para reducir la sensación de hambre.
- Usar dispensadores de comida interactivos para que los perros trabajen por su alimento y se mantengan activos.
- Incorporar juegos y paseos regulares para garantizar el gasto calórico adecuado.
- Elegir una alimentación balanceada con nutrientes que aporten saciedad.
Un paso adelante en la comprensión de la obesidad
El estudio ha sido publicado en la revista Science y representa un avance importante en la comprensión de la obesidad en humanos y perros. La genetista Eleanor Raffan, líder de la investigación, destaca que este hallazgo también ayuda a desestigmatizar la obesidad, demostrando que no se trata solo de fuerza de voluntad, sino de una combinación entre factores genéticos y ambientales.
Desde WWWhatsnew, creemos que este tipo de investigaciones pueden ser clave para desarrollar nuevas estrategias de prevención y tratamiento de la obesidad, tanto en humanos como en nuestras queridas mascotas.