Imagina que estás en una ciudad desconocida buscando un lugar para comer. Te acercas a un tipo que parece saberlo todo sobre el área. «¿Dónde puedo comer algo bueno por aquí?», preguntas. Él sonríe, saca un mapa y empieza a marcar una serie de restaurantes. Pero aquí está el giro: algunos de los lugares que te recomienda resultan ser trampas turísticas que te cobran el doble por una comida mediocre, o peor aún, restaurantes que ni siquiera existen.
Esto, en el mundo digital, es más o menos lo que pasó recientemente con la nueva función de búsqueda impulsada por inteligencia artificial (IA) de Google, llamada Search Generative Experience (SGE). Google, como ese tipo con el mapa, quería facilitarnos la vida mostrándonos resúmenes generados por IA junto a los resultados de búsqueda. La idea suena genial, ¿verdad? Bueno, la ejecución no fue tan impecable.
Resulta que, en vez de llevarte a los mejores rincones de la web, esta nueva herramienta ha estado marcando en el mapa digital algunas «recomendaciones» que llevan a sitios web maliciosos. La semana pasada, una consultora de SEO llamada Lily Ray se topó con estas sugerencias dudosas. Siguiendo las recomendaciones de la SGE, terminabas en un laberinto de redirecciones hasta caer en sitios de estafas. Estas páginas mañosas te ponen pruebas CAPTCHA falsas o videos de YouTube que no son lo que parecen, intentando convencerte de activar notificaciones del navegador o incluso empujándote a descargar extensiones de navegador dañinas.
Es como si ese mapa que te dieron en la ciudad desconocida, en vez de llevarte a una joya oculta de restaurante, te llevara a un callejón oscuro donde alguien intenta venderte un reloj «auténtico» a un precio de «ganga».
La buena noticia es que Google se puso las pilas rápido y empezó a eliminar algunos de estos resultados basura de su índice. Pero esto no quita que haya sido un recordatorio potente de que, por muy avanzadas que sean las tecnologías de IA, aún tienen sus fallas y vulnerabilidades. Al igual que en nuestro viaje culinario, siempre es mejor mantenerse alerta y escéptico, incluso cuando la tecnología promete guiarnos a los mejores lugares.