¿Es verdad que la IA nos está volviendo más tontos? Hay un estudio que habla sobre el tema

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La presencia omnipresente de la Inteligencia Artificial (IA) plantea tanto desafíos como oportunidades, pero hay mucha gente que piensa que nos hará más perezosos, intelectualmente hablando.

Mientras algunos expertos advierten sobre los posibles efectos negativos en nuestras capacidades cognitivas, es crucial reconocer el valor que la IA puede aportar en diversos aspectos de nuestra vida cotidiana.

Por un lado pensemos lo que ha hecho Internet con nosotros. Ha permitido que mucho conocimiento llegue a lugares donde antes ni hacía sombra, pero por otro lado ha afectado a nuestra «necesidad» de memorizar cosas. Con la IA seguramente pasará algo semejante.

Una de las mayores ventajas de la IA es su capacidad para procesar grandes cantidades de información y ofrecer soluciones rápidas y precisas. En situaciones donde se requiere resolver problemas complejos, como en la investigación científica o en el desarrollo de nuevos productos, la IA puede proporcionar análisis detallados y sugerir enfoques innovadores. En el ámbito empresarial, la IA se ha convertido en una herramienta invaluable para la toma de decisiones estratégicas. Al analizar datos históricos y tendencias del mercado, los algoritmos de IA pueden ayudar a identificar oportunidades de crecimiento y minimizar los riesgos asociados con diversas acciones comerciales.

Sobre las ventajas, nadie discute, pero… ¿nos está haciendo más tontos?

Lo que dice el estudio

El profesor Umberto León Domínguez, de la Universidad de Monterrey, explora en un nuevo artículo científico publicado en la revista Neuropsicología el potencial de la IA para no solo imitar la conversación humana, sino también para suplantar muchas funciones cognitivas humanas. Su trabajo plantea preocupaciones sobre los riesgos que los chatbots de IA podrían representar para funciones ejecutivas de orden superior.

La IA, en su forma más básica, consiste en máquinas programadas para imitar la inteligencia humana: aprender, razonar y resolver problemas.  El interés de Domínguez en ChatGPT radica en su potencial como hito tecnológico. Lo ve como un signo del «singularidad tecnológica», un concepto que sugiere que el desarrollo de la IA podría alcanzar un punto donde comience a avanzar más allá del control humano, fusionando potencialmente la inteligencia humana y la artificial.

El artículo de Domínguez advierte sobre el riesgo de «descarga cognitiva», donde los humanos podrían volverse excesivamente dependientes de la IA, lo que podría llevar a un deterioro de nuestra capacidad para realizar tareas cognitivas de manera independiente. La preocupación no es solo convertirse en pensadores perezosos, sino también el riesgo de estancar nuestro desarrollo cognitivo y habilidades para resolver problemas.

La importancia del equilibrio

Lo que está claro es que, si bien la IA puede servir como una herramienta poderosa para mejorar la toma de decisiones y resolver problemas, es crucial mantener un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y el ejercicio de nuestras propias capacidades cognitivas. La participación activa en el proceso de pensamiento sigue siendo fundamental para el desarrollo de habilidades intelectuales complejas.

Referencias

  • Potential cognitive risks of generative transformer-based AI chatbots on higher order executive functions. psycnet.apa.org