Máquinas expendedoras de comida que espían a estudiantes

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Estudiantes universitarios descubren vigilancia oculta a través de un error en máquina expendedora de comida

Esta semana, un incidente en la Universidad de Waterloo en Canadá ha puesto en evidencia cómo la tecnología de vigilancia se ha integrado de manera sigilosa en dispositivos cotidianos, en este caso, en máquinas expendedoras. Lo que parecía ser una simple máquina de M&M para saciar el antojo de los estudiantes, escondía una característica inquietante que ha generado un considerable debate sobre la privacidad y la tecnología inteligente.

La controversia surgió cuando, por un error en el sistema, se reveló que estas máquinas contenían aplicaciones de reconocimiento facial. Este descubrimiento accidental, compartido inicialmente por un usuario de Reddit conocido como SquidKid47, ha destapado una preocupación mayor sobre hasta qué punto estamos siendo monitoreados sin nuestro consentimiento.

Captura del mensaje de error publicado en reddit
Captura del mensaje de error publicado en reddit

River Stanley, un estudiante de último año de la Universidad de Waterloo, fue uno de los primeros en investigar este asunto para el periódico del campus tras observar el mensaje de error. La revelación de que las cámaras podían estar recopilando datos sin aviso previo llevó a muchos a tomar medidas improvisadas, como cubrir las cámaras de las máquinas con chicles y notas adhesivas, en un intento de proteger su privacidad.

La empresa detrás de estas máquinas, Invenda, promociona sus productos como soluciones «inteligentes» para el comercio automatizado. Sin embargo, lo que no esperaban muchos era que esta inteligencia incluyera sensores demográficos capaces de realizar un perfilado demográfico, estimando la edad y el género de las personas que se acercan a las máquinas. Esta función, según se justifica, tiene como fin optimizar las recomendaciones de productos y promociones mostradas en las pantallas táctiles de las máquinas, con el objetivo declarado de aumentar las ventas hasta en un 60%.

La defensa de Invenda ante las preocupaciones surgidas se centra en la legalidad de su sistema. Aseguran que el software de detección demográfica opera de manera local, sin almacenar, comunicar ni transmitir imágenes o información personal identificable. A pesar de estas garantías, el malestar estudiantil ha sido palpable.

La respuesta de la universidad no se hizo esperar. Ante la presión y el descontento general, las autoridades académicas solicitaron la retirada de las máquinas del campus a la mayor brevedad posible y, mientras tanto, la desactivación del software en cuestión.

Este episodio nos obliga a reflexionar sobre el equilibrio entre innovación tecnológica y privacidad. La conveniencia y la personalización de los servicios no deben suponer un sacrificio de nuestra intimidad.

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