Robots magnéticos luchando contra el cáncer de hígado

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La lucha contra el cáncer de hígado está dando pasos agigantados hacia un futuro donde la precisión y la minimización del daño a las células sanas son la norma, no la excepción. En este contexto, un equipo de investigadores canadienses, liderado por el Dr. Gilles Soulez de Montreal, ha presentado una innovación que parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero que promete ser una herramienta poderosa en el arsenal contra esta enfermedad mortal. Estoy hablando de los microrobots magnéticos, guiados por imanes dentro de máquinas de Resonancia Magnética (MRI), capaces de navegar por los vasos sanguíneos del cuerpo para alcanzar y tratar tumores hepáticos con una precisión sin precedentes.

Estos microrobots, compuestos por nanopartículas de óxido de hierro, representan un avance significativo en la medicina personalizada y dirigida. Sin embargo, el equipo se enfrentó al desafío de la fuerza de gravedad, que superaba la fuerza magnética, dificultando que los robots alcanzaran tumores localizados más arriba en el cuerpo. La solución a este problema vino en forma de un algoritmo que combina la fuerza magnética con la gravedad, facilitando así el acceso de los robots al sitio del tumor.

La importancia de esta innovación radica en su capacidad para mejorar el tratamiento del cáncer de hígado, que es responsable de aproximadamente 700,000 muertes al año en todo el mundo. El procedimiento estándar para este tipo de cáncer, la quimioembolización transarterial, requiere una habilidad considerable por parte de los médicos y se basa en un proceso complejo que involucra la administración de medicamentos de quimioterapia directamente en la arteria que suministra sangre al tumor del hígado. La navegación de resonancia magnética propuesta por Soulez y su equipo, en cambio, utiliza un catéter implantable similar a los empleados en la quimioterapia, ofreciendo la ventaja de una mejor visualización de los tumores en MRI en comparación con los rayos X.

El estudio, publicado en la revista Science Robotics, detalla cómo se realizaron pruebas en doce cerdos para replicar las condiciones encontradas en pacientes humanos, logrando guiar con precisión los microrobots hacia sus objetivos en más del 95% de los casos. Esta precisión es crucial no solo para el tratamiento efectivo del cáncer sino también para preservar las células sanas circundantes.

A pesar de estos resultados prometedores, aún queda trabajo por hacer antes de que esta tecnología pueda comercializarse. Será necesario realizar más investigaciones para comprender cómo diferentes factores, como el flujo sanguíneo, la posición del paciente y la orientación del campo magnético, afectan el movimiento de los microrobots a través del cuerpo. Este entendimiento permitirá refinar aún más el método, aumentando su precisión y eficacia.

Desde mi experiencia veo un paralelismo fascinante entre los avances en la tecnología de la información y los progresos en la medicina. Así como la tecnología ha transformado la forma en que nos comunicamos y procesamos información, también está redefiniendo cómo abordamos y tratamos enfermedades como el cáncer de hígado. Los microrobots magnéticos son un testimonio de cómo la ingeniería y la medicina pueden converger para crear soluciones que alguna vez pensamos que eran imposibles.

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