Impresora para construir casas, así es la nueva RIC-M1 PRO

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Me han presentado hoy un desarrollo significativo en el ámbito de la construcción 3D. RIC Technology ha lanzado la RIC-M1 PRO, una impresora robótica de brazo que promete ser un cambio de juego en la construcción de viviendas asequibles. Veamos detalladamente sus características y posibles impactos.

La RIC-M1 PRO se diferencia de los sistemas tradicionales por su tamaño reducido y diseño modular. Esto facilita su transporte y rápida puesta en marcha en las obras, lo cual representa un avance considerable frente a los sistemas basados en pórticos.

Este modelo permite una impresión más amplia, con un ancho de impresión de hasta 6.59 metros, un largo de 13 metros y una altura de 4.27 metros. Esta capacidad mejorada es crucial para construir en terrenos variados y para proyectos más grandes.

La RIC-M1 PRO requiere solo dos operarios cualificados, en lugar de tres. Además, el periodo de formación se reduce de uno o dos meses a solo una o dos semanas, lo que agiliza el proceso y reduce los costos.

La impresora no solo trabaja con mortero, sino también con hormigón, gracias a su mezcladora-bomba integrada. Esto ofrece una flexibilidad sin precedentes, permitiendo construir elementos estructurales de gran tamaño y con detalles finos.

Son avances que representan un gran paso hacia la eficiencia en la construcción de viviendas asequibles. Al reducir costos, tiempo y mano de obra, la RIC-M1 PRO se alinea con las necesidades actuales del sector de la construcción. Presentarán la RIC-M1 PRO en el World of Concrete 2024 para que los profesionales del sector evalúen de cerca esta tecnología, solo espero que realmente esto signifique tener viviendas más asequibles.

Tenéis varios ejemplos de lo que están construyendo en rictechnology.com, no muy diferente a lo que os he ido enseñando en WWWhatsnew dentro de esta categoría.

Esta reducción de mano de obra ¿vale la pena?

El caso es que está claro que se está reduciendo la cantidad de personas trabajando en una construcción, y se reduce también el tiempo total, que pasa a ser de semanas, no de meses. Una vez construido el edificio, solo hay que poner las tuberías, los cables y los acabados, algo que las máquinas aún no consiguen hacer.

Y todo esto valdría la pena si las viviendas resultantes fueran realmente asequibles, si las personas pudieran adquirir una vivienda impresa en 3D por un precio que puedan pagar tranquilamente con un salario mínimo. Se supone que el costo de construcción se ha reducido, no se ha tenido que pagar tanta mano de obra, por lo que se ha abaratado mucho el proyecto. No podemos permitir que esa diferencia acabe en los bolsillos de de un puñado de personas, porque entonces no solamente estamos dejando sin trabajo a la población, también estamos acabando con la promesa de la vivienda asequible que la impresión 3D lleva años prometiendo.

De momento, los proyectos que hemos ido divulgando no tienen un precio muy atractivo que digamos, aunque también es cierto que lo que acaba pagándose es más el suelo donde se está edificando que la construcción en sí.